El Real Madrid ganaba el clásico en el Bernabeu con un doblete de Benzema, pero apareció La Pulga para poner el 2-2.
Lionel Messi fue la llave. El cerrajero fue Sandro Rosell, por entonces presidente del Barcelona. Neymar era el sueño de Florentino Pérez y parecía que la foto del futbolista se detenía en el mismo punto de la escala cromática: de la camiseta blanca del Santos a la del Real Madrid.
Rosell hizo su jugada messiánica; aún no eran tiempos de escándalos impositivos. El que era el máximo dirigente del Barça se sentó al lado de Neymar en el micro de la selección brasileña, que jugaba la Copa América 2011 en Argentina. Fue en la previa de un partido del Scratch, y las palabras de Rosell zumbaron en los oídos del delantero de los raros peinados.
Dos años después, el padre de la criatura reveló el gusto de Neymar Junior: “Mi hijo prefiere jugar una sola vez con Messi a toda la temporada con Cristiano”.
El jugador por el que pelearon Real Madrid y Barcelona hoy volverá a ser titular, aunque Tata Martino aún no confirmó el equipo. Cuestionado, Neymar asumirá el desafío de encajar en el partido perfecto. Uno que será determinante para saber cómo será la vida del Barça de ahora en adelante. Si pierde, no tendrá Liga. Además, las críticas que ya sobrevuelan por el mundo Barcelona caerán como plomo sobre un equipo-paradigma. Martino, mirado de soslayo, apuesta a la conexión Messi-Neymar, por encima de Pedro o Alexis Sánchez. Una prueba de carácter que puede devolverle legitimidad o quemarle los papeles al entrenador. Dependerá en buena parte de cómo juegue Neymar. Quizás el destino haya decidido presentarse. Y sea éste el partido que valga la pena por encima de una temporada completa como socio de Cristiano Ronaldo.
Ponerse a la altura. “Es uno de los cinco mejores jugadores del mundo”, lo ponderó ayer Tata Martino. Neymar es la estrella por la que los hinchas esperan más brillo. En la temporada jugó treinta partidos y marcó 11 goles. Una estadística insignificante comparada con los números de Messi. Leo promedia un gol por partido, en 31 presentaciones. El diez tendrá que acoplarlo a su juego. El vestuario es otra cuestión. Fuera de la cancha, Neymar apenas se relaciona con fluidez con sus compatriotas Dani Alves y Adriano.
Ese aspecto de su personalidad preocupa a los dirigentes. Sin embargo, el mayor problema radica en la producción del delantero luego de la lesión de tobillo que lo marginó en enero.
Desde su vuelta, aportó goles para decorar resultados y su gran actuación fue sin la camiseta blaugrana: marcó tres tantos en la goleada 5 a 0 de Brasil sobre Sudáfrica.
La dupla puede ser la tabla de salvación de Martino, cuyo contrato vence en junio. El DT no concibe otro resultado que el triunfo, que lo ubicaría a un punto de su rival a falta de nueve fechas: “La situación nos crea obligación de acortar distancias, pero es una situación que conocemos porque lo que intentamos hacer es siempre salir a ganar”, señaló ayer.
Iniesta había dicho que tendrán que ser “más Barça que nunca” para conseguir los tres puntos en el Bernabéu. Martino lo sabe. Y ya buscó la segunda llave del cofre. Además de Messi, cree que Neymar tiene la combinación.
(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario Perfil.