Se confirmó que los mellizos de un año y cinco meses fallecidos en agosto de 2017en el hospital Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay, resultaron intoxicados por veneno para cucarachas cuyo nombre comercial es Cuca Kill y el genérico, meticlorpirifol.
Se recordará que los pequeños murieron con pocas horas de diferencia y cursando un cuadro similar, tras descompensarse en la ciudad de Villa Elisa cuando permanecían en casa de su abuela mientras sus padres trabajaban.
Según la autopsia, en su momento se conoció que los mellizos habían muerto a causa de un edema pulmonar, pero hasta el momento no se sabía qué lo había causado.
El fiscal de la causa, Alejandro Perroud, a pesar de que en las muestras que habían levantado en la casa de la abuela de los pequeños no habían logrado recabar nada que les pudiera haber causado la muerte, había indicado algún tipo de veneno.
Los hechos
El 29 de agosto de 2017, uno de los menores fue internado descompuesto y con vómitos en el hospital de Villa Elisa. Desde allí lo derivaron al Hospital Urquiza de Concepción del Uruguay, donde finalmente murió a la medianoche. El otro mellizo, que hasta el momento no presentaba ningún cuadro, comenzó a vomitar, motivo por el cual lo trasladaron también al nosocomio uruguayense, donde falleció alrededor de las tres de la madrugada del miércoles 30 de agosto de 2017. Ambos cuerpos fueron trasladados a la morgue de Oro Verde, donde se realizaron las autopsias correspondientes.
A raíz de esta situación, la Justicia de Colón, de la mano de su juez de Garantías y Transición, Natalia Céspedes, y a pedido del fiscal Alejandro Perroud, realizó dos allanamientos. El primero fue en una vivienda ubicada en la ruta 26, donde vivía el padre de los niños, de 30 años. El otro procedimiento fue en una finca de Villa Elisa, donde se identificó a una mujer de 48 años, abuela de los fallecidos, con quien se encontraban cuando se descompusieron, reseñó APF.
El Fiscal Alejandro Perroud, a cargo de la investigación, explicaba que los pequeños «habrían ingerido o consumido alguna sustancia que podría haber provocado su muerte».
En la casa de la abuela, en Villa Elisa, en calle Francou, se incautaron varias cajas de medicamentos; tres mamaderas plásticas; un recipiente con leche; restos de comida; jeringas plásticas; veneno para cucarachas; venenos para moscas y animales; un pañal con restos; un teléfono celular y recetas médicas.
En el primer informe de los médicos forenses se descartó de plano una muerte violenta, por alguna enfermedad o muerte súbita, dejando abierto el camino a la posibilidad de una ingesta que se cotejó con las pruebas recolectadas en las viviendas de los abuelos y de los padres.
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