En la Argentina, funcionan más de 10 mil cooperativas que reúnen a más de 18 millones de personas asociadas, según datos del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social.(INAES) y que celebran este sábado su día internacional definido por la ONU en 1992 con presencia en todas las provincias del país.
El presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), el mendocino Carlos Iannizzotto, dijo a Télam que «el cooperativismo representa casi un 30% de la producción del sector agroindustrial, con participación en toda la cadena de valor, desde la producción, industria y comercialización».
Coninagro, fundada en 1956, es una organización de tercer grado que agrupa al sector operativo agrario de la Argentina y reúne a 10 federaciones que, a su vez nuclean a 120.000 empresas cooperativas agrarias.
«El cooperativismo, con su territorialidad y diversidad de economías productivas, está preparado para fortalecer vínculos con trabajadores rurales de distintos sectores», concluyó.
Desde Jujuy, la cooperativa «Puesto Viejo Construye» fabrica muebles de madera y venía golpeada por la baja en las ventas desde el año pasado cuando la pandemia terminó por paralizar su actividad: «Quedamos sin salida», dijo a Télam Marcos Chávez, presidente de la entidad, que en sus mejores épocas llegó a tener 18 trabajadores pero desde que comenzó el año se redujeron a 6.
El apícola es un sector de la economía que a pesar las dificultades se está adaptando a las nuevas modalidades de venta para poder sostener la actividad laboral: «La última cosecha de miel fue antes de la pandemia así que cada productor pudo acumular y hoy venden la mercadería por delivery o redes sociales», indicó a Télam, Gonzalo Ortíz, presidente de la Cooperativa de Productores Apicultores de Jujuy.
El Gobierno de Jujuy lleva adelante un plan destinado a regularizar el funcionamiento de las cooperativas de trabajo, para lo cual viene manteniendo reuniones con el sector: «Es fundamental que gobierno y cooperativistas generemos una mecánica de trabajo conjunto», señaló el director de Economías Sociales, Cooperativas y Mutuales, Gabriel Pizarro.
En Tucumán, la cooperativa Profeta Isaías, ubicada en la capital y creada en el 2010, cuenta con 10 integrantes que se dedican a la fabricación de bloques, productos con cemento y construcción. Hugo Arrieta, presidente de la entidad, contó que si bien a causa de la pandemia fue «difícil la comercialización, pudimos seguir trabajando con la gente de barrio y con los corralones aledaños».
Por su parte, la cooperativa Almafuerte tiene más de 13 años de vida y está conformada por 24 socios. Cristina González, su presidenta, contó: «Nuestro trabajo se abocaba a la limpieza y mantenimiento de escuelas públicas, pero por el contexto actual buscamos alternativas y ahora prestamos servicio en otras instituciones que nos requerían otro equipamiento».
En Río Negro, la directora de Cooperativas y Mutuales del Ministerio de Desarrollo Humano, Patricia Rodríguez Sábato, explicó a Télam que «en la provincia existen unas 235 cooperativas vigentes, y hay mas de 250 suspendidas por diversos motivos, desde el organismo estamos dando impulso al cooperativismo porque la necesidad laboral en esta actual pandemia va a ser muy grande».
Mauricio Martín, titular de la cooperativa de trabajo de prensa de la comarca Viedma- Patagones (Coopreco), indicó a Télam: «Somos una cooperativa relacionada con los medios de comunicación y en tiempo de pandemia venimos trabajando normalmente».
En Chaco, el presidente de la cooperativa agrícola y de servicios Sáenz Peña, Omar Motyl, contó que trabajan «al 50%, llevando los pedidos de productores al campo con todos los cuidados sanitarios».
En tanto, la cooperativa textil Inimbo es una empresa recuperada que hoy está inactiva por falta de insumos, indicó su responsable Gerónimo Lezcano. «No tenemos acceso a hilos y eso nos impide trabajar en nuestros telares para la fabricación de productos destinados a enfardar algodón», destacó.
En Neuquén el 17 de diciembre de 1933 fue fundada la Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza –CALF- que actualmente continúa prestando el servicio eléctrico en la capital provincial y es la entidad del rubro más grande del país con 96.000 usuarios. Su presidente, Carlos Ciapponi, destacó «el reconocimiento y el respeto con el que los vecinos ven y tratan a CALF».
Además, la cooperativa textil «Traful Newen», se constituyó hace tres años tras el cierre y la decisión de sus trabajadoras de recuperar su fuente de empleo. Debido a la pandemia, la entidad firmó un convenio con el ministerio de Salud de Neuquén para fabricar 200 mil barbijos destinados a hospitales y centros de Salud de la provincia: «En este contexto, la cooperativa tiene que estar abierta a la comunidad y si ahora hay un problema de insumos para la salud, acá estamos nosotras», dijo a Télam Norma Brizuela, delegada de las trabajadoras.
Desde Bahía Blanca, el presidente de la Cooperativa Textiles Pigüé, Marcos Santicchia, señaló que «nació a partir de la crisis y quiebra de un grupo económico textil (Gatic) por lo que se formó desde el 2014 con los trabajadores de la fábrica en una cooperativa».
Con la pandemia, la entidad renovó su compromiso: «Abastecimos a hospitales, clínicas, secretarías de salud del sudoeste de la provincia y hasta la Patagonia, el formato cooperativo nos permitió con holgura poder ir sobrepasando esta situación, porque son formatos solidarios que incluyen, democráticos».