PorCorentin Dautreppe | El argentino vive un momento soñado en Francia. Sin embargo, también da lecciones tácticas y es idolatrado. Video.
Puede criticar a su presidente o estar veinte minutos dando explicaciones tácticas, el entrenador del Olympique de Marsella, Marcelo Bielsa, no hace nada igual que sus compañeros de la liga de Francia en las conferencias de prensa, algo que no es necesariamente una desventaja.
A menudo da la formación del equipo. “Ya lo verá el día del partido…” Ya sea por el gusto por el misterio o por la posibilidad de un movimiento táctico, los entrenadores tienden a no dar el once inicial antes del partido. Bielsa no. El argentino, con mayor frecuencia, da a conocer su equipo dos días antes del partido, permitiendo ver a sus contrarios la forma de contrarrestar al Olympique Marsella. Esto no ha impedido que el club gane 13 de sus 19 partidos.
No ha cambiado su estilo. “Bueno…”, la cabeza baja, la mirada fija sobre la mesa y el tono de voz monótono. Las intervenciones de Bielsa no se parecen a ninguna otra. Esta actitud demuestra la concentración total del técnico argentino. Dicen que es la forma que ha encontrado para en la mayoría de los casos dar respuestas templadas y razonadas a las preguntas de los medios.
Proporciona lecciones tácticas. “Hoy, no hemos estado bien…” El fútbol es algo más que cualidades atléticas y talento, aún así la táctica se suele dejar en un segundo plano a la hora de analizar tras los partidos las propuestas de los entrenadores. Pero, no con Bielsa. El entrenador del Marsella puede dedicar veinte minutos de la conferencia de prensa para detallar las ventajas y desventajas de jugar con dos delanteros o diseccionando el aporte defensivo en una jugada cualquiera de ataque. Aunque en el OM todavía no ha dedicado una hora para explicar el trabajo preparatorio que hizo el equipo y con vídeos de apoyo como hizo en Bilbao.
Hace una evaluación individual del jugador. “Lo importante es lo colectivo”, “no juzgo las actuaciones individuales” …Aunque Bielsa tiene estas máximas de no criticar a sus jugadores en público, él encuentra las manera de decir las cosas como que el nivel de Abdel Barrada “mejorará” o de alabar los gustos de Florian Thauvin, “se está convirtiendo en uno de los pilares del equipo”. Lo que más destaca es seguir las actuaciones individuales del equipo de reserva ¿Qué mejor manera de motivarse que saberse observado por un entrenador tan exigente?
Es imprevisible. “Hay que ir partido a partido” o “Lo esencial son los tres puntos”… Las declaraciones en el fútbol son las mismas cada día. Así que cuando sale un entrenador y critica al presidente y su política de incorporaciones se produce la sorpresa. Pero, esta receta ‘bielsista’ no es aplicable a todos los entrenadores y mucho menos a todos los presidentes.
(*) De la agencia AFP