Louis Van Gaal, el DT holandés que soñó con sacar campeón a Argentina

Louis Van Gaal, el DT holandés que soñó con sacar campeón a Argentina El entrenador, que mañana buscará clasificar a la final, se caracteriza por su fanatismo por los números y su carácter. Las peleas con Riquelme y Rivaldo. Perfil de un estratega único y revolucionario. Louis Van Gaal, el DT holandés que soñó con sacar campeón a Argentina

Louis Van Gaal tiene ante él uno de los retos más importantes de su carrera profesional como entrenador antes de desembarcar en el Manchester United: conseguir que la Naranja Mecánica logre su primera Copa del Mundo de fútbol en este Brasil 2014.

Como jugador se desempeñó como centrocampista en las décadas de los setenta y los ochenta en las ligas holandesas y belga, pero fue como entrenador cuando recibió un mayor reconocimiento a nivel internacional. Van Gaal llevó a la cima primero al Ajax de Ámsterdam y después al Barcelona, hazañas que lo consolidaron como uno de los técnicos estrella del mundo del fútbol.

Van Gaal es un técnico amante de los planteamientos tácticos de carácter ofensivo, la potencia física y del dominio de la posesión de la pelota: características que ha sabido transmitir en todos los equipos que ha dirigido. Sus decisiones se basan en las matemáticas, la estadística y las probabilidades.

El holandés es un personaje de carácter fuerte y personalidad dura que acostumbra a derivar en conflictividad. Así, sus peleas con  jugadores, dirigentes, la afición y la prensa le ha costado numerosas críticas.

Uno de sus conflictos más conocidos fue los enfrentamientos que vivió con Juan Román Riquelme en su segunda etapa como técnico del Barcelona. Sin haberlo pedido, la entidad blaugrana se lo impuso como jugador. Al principio, el argentino jugó mostrando su potencial, pero con el paso del tiempo el DT lo fue apartando de a poco del plantel. Como declaró el mismo jugador: “Van Gaal en la primera charla me dijo que cuando tenía le pelota era el mejor, pero cuando la perdía el equipo jugaba con uno menos”.

No fue el único problema que vivió en Barcelona. Otra de las polémicas más tensas fue las que protagonizó con Rivaldo. El entrenador imponía al jugador la posición de punta izquierda en su táctica de tres atacantes, pero el delantero prefería el medio, como enganche clásico. La tensión se disparó cuando Van Gaal lo sacó de un partido, por lo que Rivaldo empezó a actuar de forma indisciplinada, como llevar la remera por fuera de los pantalones en los entrenamientos o llegar tarde a las citas que marcaba el DT.

La arriesgada apuesta en los penales del holandés en el partido de cuartos de final contra Costa Rica cuando decidió cambiar al arquero Jasper Cillessen por Tim Krul, el falso “Goycochea”, en el último minuto de la prórroga, dejó boquiabierto a la mayoría. Entre éstos al arquero titular que no había sido informado de las intenciones del seleccionador.

Cuando estuvo en Bayern Múnich, necesitó de mediación para resolver el conflicto entre él y el presidente del Consejo de Vigilancia del club, Uli Hoeness. Asimismo, se originó una tensión con Joahn Cruyff cuando Van Gaal fue nombrado director deportivo del Ájax.

Tampoco supo llevarse bien con los medios de comunicación. En una rueda de prensa, un periodista holandés le cuestionó sobre la poca calidad con la que estaba jugando el FCBarcelona, a lo que el DT respondió con su pobre español la famosa frase: “¡Tú eres muy malo! ¡Tu interpretación siempre negativo, nunca positivo! ¡Eres muy malo!”.

Otra de sus declaraciones más sorprendentes fue cuando afirmó que podría volver a sacar campeón del mundo a España o Argentina si le dieran la oportunidad de dirigir a ambos seleccionados. La ocasión de demostrar la validez de sus palabras se le presenta mañana al holandés ante la selección argentina.

Louis Van Gaal es un personaje con frases geniales, respuestas agresivas, polémicas decisiones, con facilidad para hacer saltar los nervios de cualquiera y con actitudes despectivas cuando lo considera oportuno. Ese es el técnico que va a tener delante mañana Alejandro Sabella en las semifinales del Mundial. Y sea su verdugo o su víctima, el morbo está servido.