“Los rusos vuelven a ser el enemigo”

El productor de Lost y director de The Last Ship dice que la diferencia entre ambas es que en la última se busca salvar a la humanidad.
En el capítulo 3, la Unión Soviética es destruida; cada episodio costó cuatro millones de dólares, uno más que el final de Lost.

Empezó como actor porque era consciente de que había muy pocas cosas a las que se podía dedicar: era muy mal estudiante, sólo podía actuar. Si hubiera querido ser abogado, estaría muerto. Luego se dio cuenta de que quería más: dirigir y producir. Y así lo hizo. Además de haber sido uno de los productores ejecutivos de Lost, Jack Bender ha dirigido muchos de sus capítulos. También lo hizo en Alias, Boston Public, Alcatraz y en la genial Los Soprano. En cuanto a su trabajo en producción, su última serie fue Under the Dome. Ahora, en The Last Ship, ha estado a cargo de tres de los diez capítulos de la primera temporada, incluyendo el piloto con el que lograron terminar de convencer a TNT del abultado presupuesto a desembolsar.

—¿Por qué otra vez los rusos son los tremendamente malos?
—Es interesante… En términos de la historia, yo estuve batallando con eso para una versión cinematográfica que al final no hice. Yo odié la idea de que otra vez fueran los rusos los chicos malos. Siempre fueron los malos. Pero en estos días, ya sabes… Putin parece estar otra vez en el ruedo. Es una locura. Yo crecí en la época de la Guerra Fría, la crisis cubana de los misiles, la lucha contra los comunistas. Y era horrible. Es realmente triste que los rusos sean los malos otra vez. En nuestra historia, en el tercer episodio, la Unión Soviética (sic) es destruida por el resto del mundo. Es absurdo que hoy los rusos vuelvan a ser el enemigo, pero… lo que está pasando con Putin, los separatistas, el avión de Ucrania y todo esto… Quién sabe lo que va a pasar ahora con Putin. En fin.

—Pero hay otros que bien podrían ser hoy los “malos”…
—Sin lugar a dudas. Este proyecto tiene a Michael Bay como creador, y es uno de los productores. El desarrolló la historia. El guión ya estaba hecho cuando me convocaron para dirigirlo. Ya sabes… el creador y los guionistas son los jefes. Pero hay que ver cómo continúa la historia, los rusos no serán los únicos malos aquí.

—Hay varios puntos en común con “Lost”, serie de la cual dirigió más de cuarenta capítulos y fue productor. ¿Cuáles siente que son las diferencias más importantes?
—Lost fue el proyecto correcto, en el momento justo. Bueno, en ambas hay un grupo de personas en aislamiento, viviendo en un microcosmos. Eso también pasa en Under the Dome… Creo que la diferencia fundamental es que en Lost los personajes luchaban por sobrevivir y aquí se lucha por salvar a la humanidad. Aquélla era una historia sobre personas. Más humana. Yo sé que el final enojó a mucha gente porque esperaban algo más general, contundente, y terminó siendo profundo y humano, explorando el sentido de las vidas que nosotros vivimos. The Last Ship es distinto, habla sobre el ejército de Estados Unidos. Conocí gente de la Armada, sus códigos, sus valores. Explorar su mundo y la idea de sobrevivir en comunidad: eso me interesó y fue un gran desafío.

—¿Con qué presupuesto contaron?
—Cuando vi la propuesta, dije que necesitábamos más dinero. El piloto debería ser colosal. Michael Bay es caro, hace cosas muy grandes. No podíamos hacerlo en ocho días como pretendían. Había que conseguir más dinero o cambiar el guión. Y el estudio TNT me dio la razón, había que tener un nivel alto. Michael hace películas de 200 millones de dólares. Eso es lo que necesita para hacer lo que realmente quiere. De cualquier manera, tanto en cine como en televisión, nunca nadie tiene suficiente dinero. Uno aprende a trabajar con esas limitaciones.

—¿Y finalmente con qué presupuesto contaron para esta serie?
—Soy muy malo con los números. Honestamente, creo que fue de tres y algo… máximo cuatro millones de dólares, lo que es mucho, por capítulo. El final de Lost, para tener una idea, fue de tres millones. Y fue un gran show. Hay que pensar que si pones dinero en la pantalla y a la gente le gusta lo que ve, está muy bien. Porque hay que tener en cuenta que… (baja la voz) los estudios ganan un montón de dinero.

*Desde México.