Dos concordienses salvaron milagrosamente la vida cuando el utilitario en que se trasladaban fue colisionado por una formación ferroviaria en la intersección de Humberto I y las vías, anoche, alrededor de las 22:30.
Los protagonistas fueron Miguel Ángel Olivera y su hermano, Santos Adolfo, quienes se dirigían al hospital Felipe Heras en busca de una prótesis dental.
Al llegar al cruce mencionado, apareciendo de la oscuridad, los Olivera fueron sorprendidos por el convoy. «Mi hermano me gritó: Cuidado y yo, por instinto, frené y doblé», dijo Miguel Ángel. La maniobra les salvó la vida, pero no evitó que los vagones fueran impactando contra el extremo del lateral delantero izquierdo de la Renault Kangoo en rápida sucesión, lo que le causó graves destrozos.
«Los vagones me pegaban, me pegaban, ante mi desesperación, así que nacimos de nuevo», agregó. Asimismo, destacó en declaraciones al diario El Sol que «nunca se sintió sonar el pito del tren».