Los medicamentos para perder peso no son una solución a la obesidad, sino que contribuyen a hacer los cambios necesarios en el estilo de vida para no engordar más. Ninguno de estos fármacos ha probado ser más eficaz que la dieta y el ejercicio combinados.
En torno a los medicamentos para perder peso hay mitos, confusiones e informaciones falsas en muchas ocasiones. Lamentablemente, la parafarmacia ha popularizado diversas sustancias que prometen ayudarle a las personas a adelgazar, pero estas no tienen ninguna eficacia o pueden ser perjudiciales para la salud. Los medicamentos para perder peso son eso: medicamentos. Por lo tanto, solo pueden ser recetados por un médico profesional que es quien evalúa y determina si este tipo de productos son los indicados para un caso específico o no, dependiendo de muchos factores. También hay que anotar que los medicamentos para perder peso no son una solución mágica. El adelgazamiento es un proceso complejo que demanda esfuerzos en varios frentes. Si bien un fármaco puede ayudar, de poco sirve si no se complementa con la dieta adecuada y el ejercicio físico. La evaluación médica es fundamental en un proceso de pérdida de peso, sobre todo si se emplearán medicamento .Lo primero que se debe decir es que los medicamentos para perder peso nunca se recetan con fines estéticos. Lo segundo, que ninguno de estos fármacos ha demostrado tener mayor eficacia que un programa sistemático de dieta y ejercicio controlado. Dicho esto, hay que señalar que este tipo de medicamentos actúan sobre el sistema nervioso central, inhibiendo los complejos circuitos hipotalámicos que regulan las sensaciones de hambre y saciedad. Dicho de otra manera, contribuyen a que sientas menos apetito. También hay otros fármacos que ayudan a acelerar el metabolismo o que tienen efecto diurético o laxante. Así mismo, en el mercado circulan los llamados “quemagrasa”, que se venden en supermercados o parafarmacias, y que no están respaldados por ninguna evidencia científica sobre su eficacia. Los medicamentos para perder peso no están indicados para todo el mundo. En principio, no deben emplearlos las mujeres en estado de embarazo ni las madres que están el periodo de lactancia. Tampoco son aconsejables para los menores de edad y en ningún caso deben ingerirse sin consejo médico.
Este tipo de fármacos se utilizan cuando los pacientes cumplen con los siguientes criterios: Hay diagnóstico de obesidad: el médico lo ha catalogado como obeso porque su peso es un 20 % superior al ideal según la altura y contextura. En general, corresponde a quienes tienen un IMC -Índice de Masa Corporal- de 30 o mayor.IMC menor con enfermedad concomitante: hay casos en los que el IMC no llega a 30, pero es superior a 27 y la persona presenta problemas como diabetes, apnea del sueño o hipertensión arterial. En este caso es adecuada la receta de estos medicamentos.Hay que anotar que en ninguno de estos casos los fármacos son la primera elección de tratamiento. Estos se indican en caso de que la persona haya seguido un régimen de dieta y ejercicio por un lapso de entre 3 y 6 meses, sin que haya logrado bajar más de un 5 % de su peso en ese período. Así mismo, la persona debe tener alta motivación y compromiso con el objetivo de perder peso.Como todo fármaco, los medicamentos para perder peso también tienen efectos secundarios que varían dependiendo de cada persona. Lo más habitual es que se presenten síntomas leves como diarrea, estreñimiento y/o náuseas, que van disminuyendo con el tiempo.Algunos medicamentos -como fentermina, benzfetamina, dietilpropión y fendimetracina- pueden provocar dificultades para dormir, nerviosismo o inquietud, además de dolor de cabeza y elevación de la presión arterial. Solamente en muy pocos casos se han reportado otros efectos secundarios por el uso de este tipo de medicinas, los cuales incluyen:Es importante anotar que algunos productos que se venden en las parafarmacias y que se promocionan como sustancias para perder peso no son seguros, ya que no están respaldados por ningún estudio científico. Por lo mismo, son de venta libre.Algunos de estos productos, especialmente los que contienen efedra, efedrina o cafeína, se han relacionado con informes de convulsiones, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y muertes súbitas. Por lo mismo, es conveniente consultar con el médico antes de ingerir este tipo de sustancias.Los medicamentos para bajar de peso que han sido recetados pierden su efecto al dejar de ingerirlos. Por lo tanto, sin una dieta y un estilo de vida adecuado, es altamente probable que haya aumento de peso cuando se detenga la ingestión de estos fármacos.