Los datos de inteligencia que maneja la Casa Rosada dicen que cuatro de cada diez argentinos votaría la opción nacional que elija Cristina. Algo tan simple y complejo que genera en algunos el espejismo de creer que es lo mismo pato que gallareta.
Ahora, el kirchnerismo tiene también entre sus girondinos los que sacan cuentas pensando que, si se impone una segunda vuelta, la suma de los disconformes da seis a cuatro. Es impensable, por otro lado, que Cristina Fernández termine sus días en la vida política tejiendo mañanitas en Calafate. La aburre el tejido, dicen. Lo que piensa para sí misma es un enigma que depende también de la evolución de los acontecimientos.
Ve a Carlos Menem con la espada del compañero Damocles pendiendo de su cuello de oro y, obviamente, es una novela que no desearía para su posteridad. En el peronismo se puede hacer todo, menos perder. En este sentido, la reacción del entorno presidencial luego de la visita de Scioli a la carpa de Clarín en Mardel, accionó una respuesta que algunos medios, ampulosamente, han llamado deskichnerización. Se trata, nada más, de quitarle a Scioli la pátina kirchnerista, en la creencia que esa estrategia esmerilará su base de sustentación hacia dentro del FPV. La realidad es que, lejos de perjudicarlo, la idea actúa como política de diferenciación, justo cuando más lo necesita el gobernador bonaerense.
Semana clave
En la provincia de Entre Ríos comenzará mañana una semana clave. Por ese motivo, quizá, se hayan producido algunas declaraciones periodísticas que sacaron de la modorra a la interna del oficialismo. En realidad, lo escuchado no es otra cosa que aquello que por lo bajo suelen confiar los dirigentes en el off. Vale considerar algunas ideas, en este sentido. Fue lanzada al ruedo la posibilidad de una bajada de línea para elegir los candidatos, lo que disparó el alerta final en dirigentes que, como José Lauritto, vienen batallando para dirimir porotos en las urnas. «Enero y febrero es el margen que tiene el gobernador para su campaña presidencial y después hay que mirar a la provincia, no se sabe si habrá PASO o bajada de línea», dijo el intendente de Colón, Mariano Rebord en estos días. Y abogó por el consenso.
«Desde afuera veo que se está inclinando muchísimo para el lado de Bordet y otros sectores se inclinan para el lado de Lauritto. Si alguno de los dos fuera de la costa del Paraná sería más fácil porque se combinarían para armar la fórmula. La fórmula ideal debería estar integrada por las dos costas». Pero Lauritto terminó el año convencido que no habrá internas en el peronismo y en declaraciones realizadas hace quince días, pero levantadas por medios paranaenses recién a mitad de esta semana, se conocieron cuestionamientos al gobierno provincial, porque el departamento Uruguay no ha recibido ni una sola obra pública durante 2014. Puso en su lugar a Julio Solanas cuando mencionó a «los dirigentes que participaron en la Lista 100, un desprendimiento del peronismo entrerriano, que tienen hoy lugares de decisión importantes». Al ex intendente paranaense no le quedó otra que salir al cruce. «No creo que a un ciudadano le interese lo que pasó hace ocho años, la agenda hoy va por otro lugar; tengo buena relación con Lauritto pero no hay que mirar al pasado», dijo.
El recordatorio del Ministro de Educación fue también un mensaje para quienes se fueron del peronismo y, en su momento, lo tentaron, pero no lo convencieron. Finalmente, los mismos medios pegaron las declaraciones del intendente local, Carlos Schepens sobre el particular. «No ha llegado ninguna obra pública, nosotros estamos terminando las obras que estaban y las que haremos este año son programadas por el municipio, con el viejo sistema de contribución por mejoras. Vengo de diseñar la segunda etapa del plan maestro de agua, que debería haberse hecho antes pero Concepción del Uruguay no está en condiciones de hacerlo solo», señaló. La presencia del Jefe de Gabinete entrerriano, Hugo Ballay en la Intendencia para explicar la actualidad de las obras de hidráulica sin presupuesto, fue un esfuerzo por reparar ese gigantesco rumbo en la proa de la política provincial, que incomodó también a los intendentes de Concordia, Gualeguaychú. Todos recibieron la misma visita, escucharon idéntica declaración e intuyen una similar respuesta.