Pasaron varios días desde que la actual temporada de la Liga Argentina de Básquetbol llegó a su fin para Tomás de Rocamora, después de 40 partidos y sin haber logrado meterse en la instancia de playoffs de la Conferencia Sur.
Fue, sin dudas, una performance muy floja la del Rojo donde apenas consiguió 14 triunfos y sufrió un total de 26 derrotas. Esos guarismos invitan a no tener que realizar más análisis de los necesarios pero bien vale la pena repasar lo que dejaron los números de esta nueva participación. Antes de ingresar en los detalles finos es loable destacar que para el equipo uruguayense esta fue la séptima participación consecutiva en la segunda categoría del básquetbol argentino, un hecho no menor. También hay que tomar en cuenta que en las tres primeras participaciones, 2011/12, 2012/13 y 2013/14 se jugó con descenso y el equipo se mantuvo en la categoría. En las dos primeras no llegó a ingresar en playoffs y en la tercera sí aunque quedó eliminado a manos de San isidro de San Francisco (3-1). En las siguientes tres campañas (2014/15, 2015/16 y 2016/17), sin la presión del descenso, el Rojo fue apostando a ser protagonista con equipos jóvenes. La primera de estas tres últimas tuvo un plantel con un promedio de 21 años y en playoffs –se jugaban sí o sí- quedó afuera; otra vez a manos de San Isidro pero esta vez por 2-1. En la dos siguientes se armaron planteles competitivos, peleando los primeros lugares, pero en los playoffs tampoco se pudo avanzar. Gimnasia de La Plata y luego Atenas de Patagones se erigieron como verdugos, respectivamente.
Cambios para bien: Para el 2018 el Rojo decidió el recambio de extranjero y la apuesta fue más que un acierto. La llegada de Gary Eugene Jonhson le dio al equipo una presencia en la pintura que no había logrado y, principalmente, mucho gol. Rápidamente el ex Universidad de Texas se transformó en la principal carta ofensiva. A ello se sumó la incorporación del juvenil Franco Baralle quien venía de Atenas de Córdoba con buenos antecedentes y una mochila cargada de esperanzas de poder sumar minutos en otra categoría. Rocamora ganó los tres primeros partidos del año, superado incluso a dos rivales de porte como Deportivo Viedma y Estudiantes de Olavarría. Sin embargo, el equipo no pudo hacer pie y sufrió cuatro traspiés consecutivos; dos en la ruta y dos más en casa. Si bien después logró recuperarse y ganarle a Atenas en Patagones en la ruta nunca logró afirmarse y quedó claro que iba a tener que pelear en los últimos lugares. Un golpe duro fue la derrota en el Paccagnella frente a Parque Sur en tiempo suplementario y también después de haber jugado para ganar y quedarse con las ganas.
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