Las provincias cada vez con más problemas financieros

p3 16-2-El atraso cambiario de los últimos años y suba de costos en pesos fue un grave problema para la producción en el interior del país y las exportaciones industriales. Las arcas provinciales transitaron ese artificio sin darse cuenta que endeudarse en dólares podría transformarse un día en un serio inconveniente. La depreciación del tipo de cambio aspira representar un shock de competitividad, aunque con el riesgo de que la inflación termine absorbiendo el beneficio. Las provincias transitan un año que requerirá un manejo financiero especial, con el cual afrontar sus compromisos en dólares. A la vez, el frente interno tiene a la Nación

como su principal acreedor y a la paritaria estatal, amenazando poner en rojo los presupuestos. A fines de 2013, las provincias tenían en conjunto un stock de deuda de u$s 11.100 millones, de los cuales u$s 8.100 millones constituyen colocaciones de títulos públicos en los mercados internacionales de crédito y en el mercado local bajo la modalidad dollar-linked, es decir, emitida en pesos pero atada a la evolución del dólar oficial, y otros u$s 3.000 millones corresponden a préstamos con organismos multilaterales de crédito.

 

En 2014, esta deuda requerirá que las provincias en conjunto desembolsen cerca de u$s 2.100 millones entre los vencimientos de intereses y las amortizaciones. La suba del tipo de cambio de $ 6,30, a fin del año pasado, a los $ 8 actuales, elevó el costo de estos servicios en $ 3.570 millones para este año. Por el monto nominal, la provincia de Buenos Aires es la que más sintió el efecto fiscal de la devaluación, ya que tiene una deuda total nominada en dólar o dollar-linked que asciende a u$s 6.659 millones; seguida por la Ciudad de Buenos Aires, con u$s 1.722 millones; y Córdoba, con u$s 1.204 millones. La cuarta provincia con mayor stock de deuda nominada en dólares es Neuquén, pero el monto asciende a sólo u$s 544 millones y, a diferencia del resto, se trata de una provincia con recursos petroleros que le garantizan ingresos por regalías ajustados en función de la evolución del crudo, que cotiza en moneda dura. En ese contexto, Entre Ríos se coloca en el décimo lugar de provincias con compromisos contraídos en dólares, con 176 millones, lo que equivale al 20 por ciento de su stock de deuda. A pesar de que Buenos Aires tiene el stock más importante de deuda en moneda extranjera, este monto representa sólo el 51% del crédito total que tiene la provincia.

 

En cambio, para la Ciudad de Buenos Aires y para la provincia de Santa Fe, con una deuda en dólares que asciende a u$s 249 millones, el 99% de su endeudamiento está atado al dólar. La deuda con la Nación, refinanciada hace poco más de un mes, permitirá saltear el primer trimestre como período de gracia y retomar los pagos en abril. Ya se habla en la Casa Gris de que será imprescindible lograr otros tres meses de gracia, para que las financias no estallen con la primera discusión salarial del año. Sergio Urribarri, aunque de buenas relaciones con el gobierno nacional, no quiere comprometer los fondos provinciales hasta no tener en claro cuánto le demandará de aumento del presupuesto la negociación salarial que se inicia con los gremios estatales. La inflación trajo consigo la noticia de un mayor flujo de fondos de Nación a las provincias. La coparticipación tuvo un salto importante en enero, al crecer 44,4% interanual y reflejó un cambio de tendencia frente al amesetamiento que tenían los recursos para las provincias a finales del año pasado, pero se trata de una gota de agua en el desierto de urgencias fiscales que tienen las provincias, según coinciden los expertos. En la reunión de ministros de Economía, que se realizó esta semana en Buenos Aires, el tema estuvo latente. Los participantes se dividen en dos grupos principales: de un lado, los que confían en que el Gobierno logrará contener la inflación, avanzar en las negociaciones con el Club de París y abrirá la ventana para conseguir financiamiento externo. En tanto, los más enfrentados con el Gobierno creen que no podrán evitar este año un nuevo ajuste, sobre todo de la obra pública, para cumplir los compromisos. La evolución de la paritaria docente puede ser el fiel de una balanza que ya ha comenzado a moverse.