Las mujeres en Irán no podrán ver el Mundial con los hombres

Las mujeres en Irán no podrán ver el Mundial con los hombres La Policía lo prohibió para los lugares públicos. ¿Machismo o tradición? Las mujeres en Irán no podrán ver el Mundial con los hombres

Después de ocho años, Irán vuelve a competir en un Mundial de la FIFA. El logro fue festejado por buena parte del país que, como tantos otros, encontró en el fútbol una manera de canalizar todo tipo de tensiones sociales. Ahora, la campaña que ese país pueda hacer en Brasil 2014 tambalea: la Policía iraní prohibió que hombres y mujeres puedan ver juntos la televisación pública de los partidos.

El gobierno de Hasan Rohani había dispuesto que los encuentros fueran transmitidos en varios cines de las principales ciudades del país. Sin embargo, ahora las mujeres pueden perder la chance de acceder a las reuniones.

La Selección femenina tiene tanto peso popular como la masculina

La transmisión de partidos de fútbol del Mundial en los cines de forma mixta está prohibida. Los cines podrán destinar salas separadas para mujeres y hombres, pero la proyección para un público mixto está prohibida”, advirtió el subcomandante de la Policía iraní, Ahmad Reza Radan, según consignó la agencia española EFE.

Para nadie. Reza Saidipur, responsable de uno de los principales cines de Teherán, alertó semanas atrás, antes de que se oficializara la medida, que su sala “renunciará a transmitir el fútbol si la familia y las mujeres no tienen la posibilidad de estar presentes”.

“Los cines son un ambiente de familia y si aceptamos que sólo vengan los solteros u hombres solos se repetirá en las salas lo que ya sucede en los estadios. La presencia de una sola mujer entre los hombres hace que se respete más la moralidad”, lamentó.

La decisión oficial no lo sorprende: las iraníes se perdieron la transmisión de la Eurocopa 2012.

Contradicción constante. La tradición social iraní expone los claroscuros de la revolución islámica del ’79. En la actualidad, las mujeres no pueden acceder a los estadios deportivos. Pese a la efímera autorización que hiciera el entonces presidente Mahmoud Ahmadinejad, el público femenino no ve fútbol en las canchas.

“En contra de la percepción y la propaganda, la experiencia prueba que una gran presencia de familias y de mujeres en esos lugares públicos refuerza la castidad y la ética”, explicaba el mandatario ocho años atrás.

Eso sí, no llenan estadios pero pisan la cancha. De hecho, la Selección femenina tiene tanto peso popular como la masculina.

En febrero de este año, protagonizó un curioso escándalo: cuatro supuestas jugadoras fueron desafectadas del plantel por ser hombres. Irán -que condena la homosexualidad con pena de muerte– avala los tratamientos médicos para cambiar de sexo. Los deportistas aún no completaban el proceso de transformación de género.

En 2012, había captado la atención del mundo entero por haber sido descalificada por la FIFA en la previa de los Juegos Olímpicos. El argumento: su vestimenta, acorde a las leyes de su país, infringía las normas de la Federación. Buena parte de las protestas estuvo en la voz de las futbolistas y simpatizantes del seleccionado.

A dos semanas del comienzo del Mundial, las chicas libres y bienpensantes de Occidente se preparan para soportar con liviana hidalguía el fanatismo de novios, maridos y amantes. Comparten consejos por las redes sociales para bancar un mes de picadas, reuniones de varones y transmisiones trasnochadas en cable con lo mejor de los partidos. Las iraníes, algo más silenciosas, se lo pierden.

(*) Editora de Perfil.com