“Sentí un dolor en la espalda en el calentamiento”, explicó el número uno que perdió el Grand Slam en Australia ante Wawrinka. Su decepción.
Primero fue la ampolla en su mano izquierda y luego, en la final del Abierto de Australia ante Stanislas Wawrinka, la espalda le jugó una mala pasada a Rafael Nadal, quien lamentó la lesión que lo dejó sin título y casi lo obliga a abandonar.
“Sentí un poco de dolor en mi espalda desde el comienzo, en el calentamiento. Empeoró en el primer set y fue todavía peor al final de la manga. Luego hubo un momento clave en el que sentí mi espalda rígida tras un mal movimiento con el servicio”, relató el número uno tras la final perdida ante Stanislas Wawrinka.
Después de una primer set en el que Wawrinka, número ocho mundial, dominó a Nadal se lesionó en la espalda al comienzo del segundo parcial. Tras ser atendido por el fisioterapeuta en el vestuario y en la cancha, continuó jugando e incluso ganó el tercero, pero ya no pudo rendir al máximo de sus posibilidades.
“La última cosa que quería hacer era abandonar. Lo detesto, sobre todo en una final. No era una situación fácil para mí estar en la cancha en ese estado, pero intenté mantenerme muy fuerte hasta el final. Intenté acabar lo mejor posible por el público, por el adversario, por mí mismo”, completó Rafa.
Por último, el manacorí expresó su bronca: “Obviamente estoy muy decepcionado y triste por lo que sucedió. Pero es la vida, es el deporte. He vivido muchos grandes momentos en mi carrera. Este es un momento difícil, pero no es el primero”.
Fuente: AFP