«El próximo presidente tiene que salir de La Cámpora». La frase, de apariencia tan disparatada como la que asegura que el candidato de Cristina es Mauricio Macri, atravesó el horizonte de la vida política nacional en las últimas horas, más por el declarante que por lo declarado. Su padre, Franco Macri, poderoso lobbista del gobierno ante los intereses chinos, tuvo esa consideración ante la posibilidad de que se termine refundando al país a cada rato. Pero la inevitable trampa de la simbología, clarifica el sentido emergente del discurso, aún para un master de lo políticamente correcto. Macri no ungió ninguna figura particular de La Cámpora, organización dirigida por el hijo presidencial Máximo Kirchner, pero consideró que para reemplazar a la Presidenta en 2015 hay unos cuantos candidatos. «Los jóvenes no tienen experiencia, tienen que aprender. Pero son transparentes y están mejor preparados», fue la frase elegida. La relación entre Macri padre y el kirchnerismo no es nueva. Desde la época de Néstor Kirchner el empresario se convirtió en nexo directo entre el Gobierno y China. Logró que el fallecido ex presidente consiga financiamiento de los tigres asiáticos para el sistema ferroviario y actualmente representa a compañías orientales en el país. Con la empresa china Harbour Engineering Company Ltda buscará quedarse con la licitación de la limpieza del Riachuelo y con Datang Mobile Comunication intentará desarrollar en el país la tecnología 4G. ¿Para qué cambiar, si los negocios están asegurados?. Ambulancia radical El dirigente radical paranaense y actual vicepresidente de bloque de Diputados terminó la semana mostrando parte de su acostumbrado fastidio, cuando cuestionó las fotos de Binner y Sanz, como ejes del desarrollo político nacional de la UCR. Como muchos radicales de la provincia de Entre Ríos, conoce hasta dónde puede dar electoralmente el socialismo, razón por la cual quiere una fórmula con cabeza radical, compartida con otras fuerzas. «Cualquier otra ingeniería electoral fracasará por falta de desarrollo territorial y porque se convertirá en una expresión de arreglos dirigenciales o de marketing político, ajeno a un proyecto nacional de país», dijo Rogel. «El radicalismo debe primero recorrer el país fortaleciendo su presencia como segunda fuerza. Igual tarea deben realizar los demás, si tienen la intención de que compartamos un proyecto político en común». En el plan interno de la UCR, Rogel ha mostrado ya sus intenciones de encabezar un proyecto provincial del radicalismo. Para eso, trabaja en la conformación de un espacio plural, en que, hasta el momento, convergen ex montielistas, que armaron grupos diferentes luego del Big Bang de la LIRER, fundada por el viejo caudillo radical y dos veces gobernador. Atilio Benedetti, virtualmente fuera de carrera, deberá hacerse cargo de la debacle producida luego de perder el tercer senador, algo que los amantes del fútbol asocian con perder la categoría. En tercer lugar, un grupo de dirigentes, ya no tan jóvenes, impulsa otra alternativa, pero tiene sobradamente probado que la suerte electoral en distritos como Uruguay, debiera llamarlos a la reflexión. Los docentes tampoco zafan Un sector de la conducción central del sindicato docente cuestionó, en duros términos, a la agrupación Rojo y Negro, su rival en el frente interno. En un año de elecciones por la conducción y en el marco de las negociaciones partidarias en la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) comienzan a aparecer los diferentes posicionamientos. La agrupación Paulo Freire, que forma parte de la conducción central, emitió un duro documento contra la Rojo y Negro, que en la actualidad ocupa el lugar de la oposición en la conducción provincial y está al frente del sindicato en Paraná. La Freire, el sector más allegado al oficialismo, cuestionó a los Rojo y Negro por ser «cómplices de los sectores de poder». Un lamentable caso donde ambos tienen parte de la razón, pero cuestionables desde las necesidades de los trabajadores que representan. El oficialismo arregla con la patronal, cifras que todos cuestionan y la oposición suma su presencia a un grupo de clara ideología anti sindical.