Tony Rodriguez es el actor que encarnará al millonario
El actor y conductor Tony Rodríguez ya está en nuestro país, para reunirse con el entorno de Ricardo Fort y seguir adelante con su proyecto de llevar la vida del millonario a Brodway.
Anoche se reunió, además, con Carmen Barbieri, y conoció a Celeste Muriega, una de las bailarinas y vedettes que participaban en los emprendimientos artísticos de Fort.
Esta semana se reunirá con la familia del chocolatero, además de sus representantes legales, para ultimar los detalles de My Way, la obra de teatro que planea estrenar a fin de julio en Nueva York.
Según contó, “My Way refleja la lucha de un ser humano por ser feliz a través de su pasión. Esa fue la lucha de Ricardo Fort, un apasionado del canto y del teatro. Pero un hombre que perdió esa lucha con su propio ego”.
“Su vida en el último tiempo se vio dividida entre el teatro y las clínicas, su pasión y su salud, pero tal era su pasión por generar proyectos, porque no se olviden de él, por seguir sintiéndose dentro de un medio artístico, que descuidó su salud, se creyó inmortal aunque siempre decía que moriría joven. Fueron cinco años de locura, de pasar a ser el hombre más reconocido de un país después de vivir la mayor parte de su vida en el anonimato y eso lo sobrepasó. Tuvo muchos autos, pero no supo manejar su propia vida, a la que dejó entrar gente sin pasión por el arte y sí apasionados del dinero, que aprovecharon sus inocentes anhelos de convertirse en un gran productor teatral y le trajeron grandes dolores de cabeza. Entonces las sonrisas del comienzo pasaron a ser enojos, la alegría de los primeros tiempos en la televisión y el teatro pasaron a ser violencia, pasó del amor al odio, empezó a perder el poder, ese poder que siempre tuvo hasta en el anonimato, ese poder que mamo de chico por tener el dinero y poder prescindir de él para ser feliz. ¿Pero era feliz?”
“Todo lo que hizo y todo lo que no pudo hacer solo tenían un objetivo, ser querido desde la honestidad y la espontaneidad, como es el amor”.
“Por eso la obra cuenta detalle a detalle sus genialidades, sus amores, sus odios, su locura, su soberbia, su ego, sus miedos, sus contradicciones a la velocidad que ocurrieron en su vida real, todo iba rápido, como sus coches de alta gama, por eso la obra es pura tensión, al verla no vas a poder respirar tranquilo, porque él no respiraba tranquilo, porque su vida no tenía tranquilidad, era tal su obsesión por su felicidad artística que ni siquiera dormía y todo eso se convirtió en una tragicomedia con muchos actores de reparto que solo acompañaban y omitían, cuando les convenía”.
“En su vida hasta los silencios eran tensos, porque las miradas no eran sinceras y esos silencios y miradas están a detalle en esta obra que nació a través de la observación, después de estar 12 horas en su habitación del Sanatorio de la Trinidad, después de una de sus tantas operaciones en donde casi pierde la vida. Esas doce horas son el Ricardo Fort real, el que ni siquiera se veía en sus realities, porque nadie, ni Ricardo Fort se mostró en televisión como realmente era”.