En particular, la versión de MasterChef argentina me parece patética, porque tiene un malísimo nivel tanto de la gente que está concursando como de los jueces, porque, si vos me vendiste toda la vida que sos un cocinero de televisión, no podés venir a juzgar seriamente a alguien.
Para mí, MasterChef es un Gran Hermano en el que no doy demasiada
En particular, la versión de MasterChef argentina me parece patética, porque tiene un malísimo nivel tanto de la gente que está concursando como de los jueces, porque, si vos me vendiste toda la vida que sos un cocinero de televisión, no podés venir a juzgar seriamente a alguien.
Para mí, MasterChef es un Gran Hermano en el que no doy demasiada importancia a los platos. Es como ver un Gran Hermano pero, en lugar de que los participantes estén rascándose, cocinan. Entre ver a este Gran Hermano y ver a Rial, la verdad es que me entretiene más ver a Rial que ver a Christophe.
Yo respeto muchísimo lo que hace Germán Martitegui, su trayectoria, su restaurante, pero no tenía necesidad de esto; le habrá parecido llamativo… Lo mismo a Donato de Santis: al igual que Martitegui, hace muy bien lo suyo en su restaurante. No me gusta verlos en el programa. Es algo impostado, es una mala actuación; no son así los tipos.
Lo agresivo, la mala onda, a mí me sale porque yo soy así, vivo así. Pero te das cuenta cuando no es así y se hace para un programa.
No creo en absoluto que de MasterChef pueda salir un talento. No se les enseñan las bases como para que los concursantes puedan hacer algo creativo. Por eso, no hay que fijarse en estos mamarrachos de la televisión sino en aquellos que están diariamente en el restaurante laburando: no hablo de mí sino de muchos de mis colegas, como Fernando Rivarola o Gonzalo Aramburu.
El mejor programa de cocina de la historia es el que hizo Anthony Bourdain, para Discovery Travel & Living.
*Chef, responsable de Tarquino.