“La tele abierta bajó el nivel”

“La tele abierta bajó el nivel” El conductor dice que los políticos están lejos de la gente y que trabajaría en la TV Pública. “La tele abierta bajó el nivel”

Por más que no esté en  la pantalla animando las tardes o las noches de un canal, regalando un maletín lleno de dinero o cumpliendo sueños, Julián Weich nunca se queda quieto: continúa al mando de Embajador de Unicef, y su motor de vida pasa meramente por el compromiso social y la solidaridad. El año pasado creó su propia empresa  de agua mineral, Conciencia, de la que afirma “donar el 50% de los dividendos” a diferentes ONGs. “A las botellas las enviamos a llenar a Virrey del Pino, y la empresa funciona en mi casa. Somos tres socios –cuenta–: mi mujer, Alejandro, y yo”. Ahora, Weich fue contratado por History Channel para que sea el vocero de promoción de Una idea para cambiar la historia, el nuevo concurso que, a través de un jurado panregional (entre los que se encuentra María Laura Santillán), en diciembre elegirá a las tres mejores creaciones que puedan mejorar el hábitat de los seres humanos y los financiará con más de un millón de pesos.

“No creo que aparezca la cura contra el cáncer en un programa, pero hay ideas interesantes de ecología y comunitarias. Quizá el concurso pueda estimular o inspirar a otras personas. Mi sueño sería la cura contra el hambre, que aparezca un tipo que descubra un agroquímico para duplicar la producción de maíz y terminar con el hambre en el mundo”, afirma.  

—¿Cuánta pobreza y hambre hay en Argentina?  
—Mucha. En Argentina la mitad de los chicos son pobres y la mitad de los pobres son chicos. No hay que quedarse con los brazos cruzados, yo hago algo por erradicar la pobreza. Es fácil quejarse diciendo: “Hay que poner más policías, que este país es una vergüenza y encerrarse en su casa pensando que ahí estás más seguro”. Lo importante es que todos nos involucremos.

—La responsabilidad la tiene el Estado: educando, mediante la cultura del trabajo…    
—El Estado nunca va a dar abasto, porque el país es grande, y el Estado es antipersonal, no tiene nombre y apellido, pero las ONG sí: podés hablar, tocar, y están más cerca de la gente que el propio Estado.

—Los políticos son parte del Estado nacional.
—Sí, y están lejos de la gente, son pocos los políticos que están solucionando los problemas de lo inmediato, los políticos piensan a mediano plazo, no piensan en la gente que tiene hambre o le falta un techo hoy. 

Weich siente que la TV abierta actual no lo representa, no es de su paladar. “¿Cómo veo a la TV? La veo con la espada de Damocles que es el rating y el minuto a minuto y en base a eso es la televisión que hay: pocos programas buenos, y muchísimos malos”, responde Weich y reargumenta su ausencia de la conducción: “Me cuesta entrar. No me interesa estar porque sí, prefiero hacer este concurso en History Channel en el cable antes que hacer un programa pedorro en TV abierta”, sostiene el ex presentador quien se abstuvo de la TV tras finalizar Todo es posible en Telefe (2012).    

—¿La TV bajó el nivel?
—Sí. El nivel de la tele abierta es inferior al cable, que tiene una producción impresionante.Hay muchas cosas que son un papelón, y las latas no deberían existir o, a lo sumo, tener un costo altísimo, casi lo mismo que hacer una ficción.

 

Sus hijos y la falta de conductores

Julián Weich, de 48 años, tiene cuatro hijos: Iara (23), Jerónimo (20), Tadeo (16) y Tomy (10), que comparten el mismo techo con su mujer en el barrio de Belgrano. “Con mis hijos tenemos el mismo compromiso social y la misma manera de pensar. Están educados a mi imagen y semejanza”, revela Weich.

A Weich lo convocaron desde la TV Pública por diversos proyectos, entre los que estaban conducir el formato diario de Vivo en Argentina. “No encontré el hueco, no vi la posibilidad”, responde.    

—¿Faltan conductores?
—No sé. Es raro, faltan y hay conductores a la vez. Cualquiera puede conducir hoy en día, pero lo que veo es que no hay comunicadores, que son los tipos que traspasan la pantalla, y la verdad son muy poquitos.

—¿Trabajarías en Canal 7?
—Sí. No tendría problemas. Tampoco está bueno eso de que si trabajás en Canal 7 sos kirchnerista, y la verdad es que no me gusta cargar con eso. No es mi intención, si trabajara en Canal 7 sería porque me interesa el proyecto y lo quiero hacer, no por una línea política.