La oposición sólo logró imponer 11 leyes sobre un total de 86 normas sancionadas en el Congreso

La oposición sólo logró imponer 11 leyes sobre un total de 86 normas sancionadas en el Congreso
Del listado interminable de proyectos presentados por diputados y senadores, se priorizaron aquellos de origen oficialista. La oposición quedó para el rezago y sólo pudo ver sancionadas 11 iniciativas propias, la mayoría de ellas -como es de imaginar- inocuas para el Gobierno.

La oposición sólo logró imponer 11 leyes sobre un total de 86 normas sancionadas en el Congreso
Del listado interminable de proyectos presentados por diputados y senadores, se priorizaron aquellos de origen oficialista. La oposición quedó para el rezago y sólo pudo ver sancionadas 11 iniciativas propias, la mayoría de ellas -como es de imaginar- inocuas para el Gobierno.

Cap Fed.(RN).El score final, al cierre del año parlamentario, es aplastante: 75 leyes del oficialismo, apenas 11 de la oposición. Una victoria impiadosa del Gobierno y de su tropa de legisladores que, valiéndose de su mayoría en ambas cámaras, sólo le concedió a la oposición unas pocas migajas de la agenda legislativa.

El oficialismo tampoco debería celebrar tanto. La sanción de 86 leyes en total al cabo de un año, cuando el promedio histórico supera las 110, es el reflejo de una labor opaca y hasta mediocre de los legisladores. No sólo en lo cuantitativo sino sobre todo en lo cualitativo, pues las leyes a las que se les asignó prioridad -y, por lo tanto, que se sancionaron en un trámite exprés- no fueron las de índole social, sino las que provinieron del Poder Ejecutivo. Éstas, en su mayoría, apuntaron más bien a satisfacer los intereses políticos y económicos del oficialismo que a atender necesidades puntuales de la gente.

Un repaso de las leyes aprobadas este año corroboran este contraste. En febrero, por caso, el Gobierno apuró el polémico acuerdo entre la Argentina e Irán para avanzar en la causa judicial por el atentado a la AMIA, que desató el rechazo de la oposición y de toda la comunidad judía. Un mes más tarde, la presidenta Cristina Kirchner encomendó la sanción de la reforma de la Justicia en represalia por los obstáculos judiciales que tuvo el Gobierno para aplicar la ley de medios. Tanta controversia desató la reforma que, a la postre, la Corte Suprema terminó por declararla inconstitucional.

La lista continúa con la tercera apertura del canje de deuda y, más polémico todavía, el proyecto que promovió el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno sobre blanqueo de capitales, tan cuestionado como inútil, pues terminó recaudando apenas 513 millones de dólares en medio de una catarata de críticas.

Después siguió la sanción de «los clásicos»: la ley de presupuesto 2014 que, como ya hizo costumbre el kirchnerismo, contempla proyecciones muy poco creíbles (por ejemplo, una inflación anual del 10,4%); la prórroga de ley de emergencia económica (con superpoderes para el manejo financiero, monetario y social) y la prórroga del impuesto al cheque, sin coparticiparles un centavo más a las provincias.

El corolario de un año parlamentario denso fue la ley que grava hasta el 50% los vehículos de alta gama, iniciativa que provocaría un parate en el sector automotor el año próximo, advierten los especialistas.

Como se observará, las leyes que promovió el Poder Ejecutivo este año fueron, por su peso político, las que acapararon todo el debate legislativo. De las 86 normas aprobadas, 35 fueron impulsadas por la Casa Rosada, mientras que el resto (51) tuvo su origen en el Congreso, de las cuales la enorme mayoría pasó olímpicamente inadvertida. No por una cuestión de mala comunicación, sino porque fueron el rezago de una agenda dominada por las prioridades que quiso dar el Gobierno a los temas parlamentarios.

Además, hay que reconocerlo, algunas de las leyes de origen parlamentario aparecen hasta pueriles si se las compara con las del Gobierno. Como ejemplo, vale mencionar la ley que declara a Tucumán como la capital nacional del mountain bike , o la que consagra a la ciudad santafecina San Carlos Centro como capital nacional del cristal artesanal. También fue aprobada una ley para declarar el 8 de noviembre como «día nacional de los afroargentinos y de la cultura afro», y otra que denomina «Juan José Valle» a la autopista sobre la ruta 9, entre otras iniciativas.
Proyectos de peso

Claro que no todas las leyes sancionadas tienen esta envergadura; también se aprobó la ley para la prevención de la diabetes; la que facilita el libre acceso a lugares públicos a las personas con discapacidad acompañados por perros de asistencia; la que penaliza el acoso escolar o grooming y la que prohíbe el trabajo infantil, entre muchas otras.

Eso sí, del listado interminable de proyectos presentados por diputados y senadores, se priorizaron aquellos de origen oficialista. La oposición quedó para el rezago y sólo pudo ver sancionadas 11 iniciativas propias, la mayoría de ellas -como es de imaginar- inocuas para el Gobierno.

El oficialismo hizo valer como nunca este año su condición de mayoría. No sólo al reafirmar al Congreso en su condición de escribanía del Poder Ejecutivo; también al demostrar una velocidad inaudita para tramitar las leyes del Gobierno, sin dar lugar a demasiado debate legislativo.

Una situación que difícilmente cambie demasiado en los dos años que restan hasta la finalización del mandato kirchnerista: la nueva composición parlamentaria, con un oficialismo que a duras penas mantiene su mayoría en ambas cámaras y una oposición fragmentada y todavía débil, augura la continuidad del declive.
Pichetto criticó la política de seguridad oficial

El jefe del bloque kirchnerista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, aseguró que se cansó «de la hipocresía de ser siempre políticamente correcto» y dirigió sus críticas a la política de seguridad del Gobierno y las «pelotudeces» de la campaña del diputado oficialista Martín Insaurralde.

Motivado por el contundente triunfo en las elecciones legislativas en Río Negro, el senador sostuvo que «los politólogos y los publicistas inventan pelotudeces, ponen «MI diputado» y creen que con eso ganan la elección», en un reproche directo a la campaña de Insaurralde, que perdió en la provincia de Buenos Aires.

Consultado sobre qué cambió luego de los comicios del 27 de octubre, en los que el kirchnerismo perdió en los principales distritos del país, respondió: «Ahora digo lo que pienso, me cansé de la hipocresía de ser siempre políticamente correcto».

Crítico de la campaña oficialista, en una entrevista con el diario Perfil Pichetto sostuvo que «hay que hablar de lo que se ha hecho, del balance de lo que se hizo», y analizó que el oficialismo podría «haber tenido otro resultado» en los últimos comicios, incluso en la Capital Federal.

En cuanto a las deudas del Gobierno para los dos años que restan de mandato, Pichetto afirmó que «el Estado tiene que recuperar el control de la calle», y agregó que «hay que hacer correcciones en materia de seguridad», ya que «se puede tener una seguridad democrática, pero que funcione».

Al respecto, pidió «terminar con la patria de los barrabravas, uno de los grandes flagelos de la Argentina», y habló de connivencia entre el poder y los violentos al precisar que «no» son «ingenuos ni estúpidos, lo que sucedió el día del hincha de Boca en la Capital Federal contó con una logística».

Fuente: La Nación

Fuente: RecintoNet.com | Lic. Claudia Yauck