Este jueves 12 se publicaron las nuevas cifras del Indec relacionadas al Índice de Precios al Consumidor (IPC). Las mismas dan cuenta de que en julio la inflación trepó otro 3%, y de esta manera alcanzó ya un acumulado del 29,1%, sobrepasando así la meta de inflación estipulada en el presupuesto 2021 por el ministro de Economía, Martín Guzmán, que preveía un 29% finalizando el año.
Por parte de la inflación interanual, los precios se han engrosado un 51,8% respecto de julio de 2020. Entre los productos y bienes que más se encarecieron se destacan, en primer lugar, los restaurantes y los servicios de hotelería, que sumaron un 4,8%. Luego le siguen los productos y servicios relacionados a la salud, como los medicamentos, los artefactos sanitarios o las prepagas, con un 3,8%. También tuvieron un lugar destacado los alimentos, cuyas incidencias en productos de los más variados de la canasta fueron los más “federales”; se encarecieron en todo el suelo nacional, y adicionaron en promedio un 3,4%.
Así, la escalada inflacionaria sigue creciendo y devorando los salarios, las jubilaciones y los planes sociales, cuando las estadísticas recientemente publicadas por el Indec sobre los ingresos de los trabajadores constataron que en el último año la pérdida fue casi del 15%. Aunque la meta desdibujada de Guzmán llevó a una reapertura de paritarias y adelantamientos de las cláusulas de revisión por parte del arco de la burocracia, evitando sucumbir a la presión de las bases dada la desvalorización salarial, los acuerdos de entre un 35% y un 40% quedarán de continuar por el mismo sendero esta tendencia al menos un 10 o un 15% por debajo del encarecimiento generalizado del costo de vida.
La carestía sobre los productos de salud echa a su vez más leña al fuego entre los jubilados, ya que el consumo de estos insumos representa un porcentaje importante de su canasta básica mensual. Y esto se da tan solo un día después de anunciarse un aumento miserable a los haberes previsionales de un 12,3%, que sigue dejando a la jubilación mínima, la que perciben casi la mitad de los habitantes de la tercera edad, por debajo de la línea de indigencia.
Además de estos aumentos que viene a constatar la actualización del Indec, cabe recalcar, en el próximo período asistiremos a una mayor confiscación al bolsillo popular dictada por la luz verde del gobierno a un «tarifazo segmentado» de los pulpos energéticos. Así, la transferencia de recursos de los trabajadores a los capitalistas está a la orden del día, y sin duda profundizará un cuadro de miseria extenuante en el que la mitad del país es pobre según el propio Consejo de Coordinación de Políticas Sociales.
Es indudable que el gobierno es impotente para contener el aumento general de la inflación, dado que toda su política económica está digitada al servicio de pagar la deuda externa. Este esquema económico produce una fuga de divisas que deprecia permanentemente el peso, al turno en que le dan vía libre a las patronales para remarcar los precios de manera especulativa. Solo el Frente de Izquierda – Unidad plantea la apertura de los libros de toda la cadena productiva y de comercialización, así como la recomposición inmediata de las jubilaciones y los salarios a un monto acorde a la canasta básica familiar.
Fuente: Infobae