La feligresía catóiica rememoró ayer en el viernes Santo la pasión y muerte de Jesús en la cruz. En las parroquias se realizó el tradicional Vía Crucis que recuerda el calvario de Jesús. Según los Evangelios de Mateo y Marcos, antes de morir Cristo exclamó con una «gran» voz «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?».
Según San Lucas, justo antes de expirar dijo: «Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu». Según San Juan dijo: «Todo está cumplido». Y expiró. La Basílica Inmaculada Concepción realizó el Vía Crucis en torno a plaza Ramírez. En la mañana se hizo el Vía Crucis con los niños
Vía Crucis en la unidad penal
Un grupo de laicos de la parroquia San Roque, junto a su párroco, padre Rubén Melchiori, rezaron el vía crucis por los pabellones de la Unidad Penal Nº 4 de nuestra ciudad. Además, en cada entrada colocaron una imagen de Jesús Misericordioso bendecida por nuestro obispo y la inscripción de la puerta santa.
Tal como lo afirma El Papa Francisco en la Bula por el Año de la Misericordia: “en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.