Olga es una ucraniana de 75 años que vive en Concepción del Uruguay desde hace ya 22 años, y La Prensa Federal tuvo el placer de dialogar con ella con el fin de brindar detalles de cómo llegó a nuestra ciudad, su vida en Ucrania y cómo afecta a su familia la guerra.
En el marco de la guerra que se vive en Ucrania, La Prensa Federal visitó a Olga, una mujer de 75 años oriunda de dicho país, que llegó a Concepción del Uruguay hace 22 años. En su hogar, Olga contó su historia, su vida durante la Unión Soviética, la guerra que se vive hoy en día en su país y su adaptación a la Argentina.
En primer lugar, Olga indicó que “llegamos a Concepción del Uruguay el 9 de marzo del 2000, hace ya 22 años. Yo soy oriunda de Donetsk, en el este del país, y mi marido de Lugansk, también en el este”.
Olga comenzó comentando un poco de su vida en el país integrante de la ex Unión Soviética: “Mi marido es ingeniero físico, recibido de la universidad de San Petersburgo, que en los años en que él estudiaba, la ciudad se llamaba Leningrado”.
Y agregó: “En Ucrania, tuvimos un hijo, que luego de recibirse en la Universidad, emigró a Estados Unidos con una visa de estudiante, y se casó con una mujer norteamericana, por lo que se quedó a vivir allí”.
Según cuenta Olga, “nosotros no queríamos que él vuelva a nuestra Ucrania, porque seguramente lo llevaban para el servicio militar, por lo que siempre deseamos que se quede allá. Estuve muchos años sin ver a mi hijo, por más Visa que yo pueda conseguir”.
“Mi ciudad es Donetsk, la capital de la provincia que lleva el mismo nombre. Cuando vinimos a Argentina, no teníamos comunicaciones. En el 2013, empezaron a entrar de Rusia tanques a Donetsk, y mi hijo vio esas imágenes por la BBC norteamericana y fue ahí donde nos pudimos comunicar”, señaló Olga con su español que tan bien habla tras vivir toda una vida en Ucrania.
Además, añadió: “Cuando tuvimos internet, vimos cómo hasta en las calles céntricas de Donetsk, los edificios ya ni siquiera tenían vidrios por las bombas. Desde nuestra ciudad, había ruta hacia el mar Azov, y los rusos avanzaban por este sector para ocupar Crimea”. Cabe destacar que la toma oficial de Crimea culminó en el año 2014.
“En esa invasión, destruyeron la escuela de mi hijo y el departamento en el que vivíamos. Luego, los soldados decían que desde esa misma ruta que termina en el mar, todo lo que esté ubicado al este pertenecería a Rusia, y al oeste a Ucrania”, resalta Olga, con mucho dolor.
“En Donetsk siempre se habló de independencia de Ucrania, pero la realidad es que la gente nunca lo quiso a esto, esta provincia junto a Lugansk ahora son reconocidas como independientes por Putin, pero la gente que habita en estos lugares, siempre quiso ser ucraniana, no quieren ni queremos pertenecer a Rusia”, sentenció.
Y agregó que “las amenazas hacia Ucrania empezaron desde que cayó la Unión Soviética y los países se independizaron”.
Su cuñada en Kiev
La hermana del marido de Olga, actualmente vive en la capital de Ucrania, Kiev, que está siendo asediada por las tropas de Rusia al mando de Putin.
Olga dijo que “es una ciudad muy grande Kiev, por ahora no está afectada directamente. Mi cuñada está bien, pero no puede salir ni siquiera a la calle. En un momento, ella quiere irse a Lugansk, que es la ciudad donde nació -al igual que mi marido-, pero las fuerzas militares la dejan pasar solo a ella por ser mujer, cada hombre de 18 años o más, no pueden pasar”.
Más allá de esto, “hay mucha dificultad para moverse, porque hasta los trenes están bombardeados”.
“En Kiev tiene departamentos y todo. Tiene la opción de irse a París, Francia, con su hija que vive allí, pero no quiere dejar su hogar”, afirma Olga, y presiente que esa es la situación de la mayoría de sus compatriotas.
“Tengo 75 años, y pasaron todos los presidentes de la Unión Soviética mientras yo vivía en Ucrania, y ninguno nos invadió. El primero fue Putin”, añadió.
A su vez, Olga lamentó: “Mi marido falleció en el 2018, por lo que no pudo conocer a sus nietos. Mi hijo se fue en el 1996 a Estados Unidos, y por 22 años no lo pudimos ver”.
“Siempre quisimos ir, pero no teníamos Visa, ni pasaporte, y a mi marido no le gustaba tanto trámite. Y mi hijo me compró pasaje, y conocí a mis 4 nietos, estuve un mes entero viviendo en EEUU”, finalizó Olga.