Hoy 8 de marzo se conmemora un nuevo día internacional de la Mujer Trabajadora, fecha que fue instaurada primer el 1910 en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, quienes reclamaban por el sufragio universal, y que luego en 1977 fue proclamada en una Asamblea General de las Organización de las Naciones Unidas (ONU). El objetivo de conmemorar dicho día era una forma de concientizar sobre la igualdad de derechos y una forma de reivindicar la lucha feminista que desde hace siglos comenzó con la búsqueda de
condiciones dignas e igualitarias de trabajo y al rechazo a la opresión de todo lo impuesto por el sistema patriarcal de dominación. Actualmente, la lucha feminista ha logrado importantes logros tras muchos años de batallas ganadas y perdidas y que todavía continúa peleando por derribar barreras de dominación que se encuentran en la trata de mujeres, en la falta de un óptimo sistema de salud sexual y reproductivo, el abuso, la discriminación, la cosificación, la falta de lugar en espacios políticos y gremiales, la violencia intrafamiliar, la estigmatización mediática y el feminicidio.
En ese sentido, la filósofa española Amelia Valcárcel ha expresado: «La feminización de la pobreza es un hecho. La falta de oportunidades de empleo acordes con la formación, otro. El acoso y, cuando cabe, la violencia, otro más. Todo ello para un colectivo cuyo único defecto visible parece ser el no haber tenido la previsión de nacer con otro sexo». El Observatorio de Feminicidios Adriana Marisel Zambrano, coordinado por la Asociación Civil La Casa del Encuentro, presentó el informe de feminicidios cometidos durante el 2013 basándose en las publicaciones de las agencias de noticias Télam y DyN y de 120 diarios nacionales y de la provincia de Buenos Aires. Las alarmantes cifras dieron un resultado de 295 mujeres muertas, es decir que una mujer fue asesinada cada 30 horas.
Dicha cifra tuvo un aumento respecto a años anteriores ya que en 2012 hubo 255 víctimas y en 2011 hubo 282 víctimas. Ada Beatriz Rico, directora del Observatorio, comentó a la agencia Comunicar Igualdad: «No son sólo números porque detrás de cada dato hay una mujer que no murió por accidente sino que fue asesinada porque alguien la consideró de su pertenencia. En esas frías estadísticas hay mujeres que ya no están, niñas y niños que perdieron a sus madres. Lamentablemente este es el índice más alto en estos cinco años, por eso les pedimos por favor que sigamos trabajando juntas y juntos para modificar esta realidad». Desafortunadamente, las estadísticas pocas veces son tenidas en cuenta y en los últimos años se ha observado una cada vez mayor banalización del 8 de marzo. Se ha escuchado a diario la comercialización de flores, bombones o productos electrodomésticos como una errada forma de «homenajear» a la mujer en su día.