Tras la decisión de la jueza Servini, desde el Instituto de Gestión Electoral informaron que están evaluando junto a la Justicia el diseño de un nuevo sistema de votación ante las dificultades que generó la votación concurrente con boleta electrónica.
“El Instituto de Gestión Electoral de la Ciudad (IGE), considera que la Boleta Única Electrónica es un instrumento válido y ha mostrado sobrados beneficios en las elecciones PASO del 13 de agosto, pero luego de la decisión de la Justicia se encuentra abocado junto a las autoridades judiciales al diseño de un nuevo sistema”, señalaron a través de un comunicado oficial desde el organismo porteño.
El jueves pasado, la jueza electoral nacional, María Servini, dejó sin efecto el acuerdo con las autoridades de la ciudad de Buenos Aires para el uso de la urna electrónica para las próximas elecciones y sostuvo que desde el Ejecutivo porteño, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta, “deberían reconsiderar su ingeniería electoral, dejando de lado las cuestiones políticas, y diseñando un sistema pensado en facilitar a las personas el ejercicio del derecho al sufragio y así conseguirán, seguramente, una opción que funcione”.
Dado que la juez Servini dejó sin efecto el acuerdo con el Tribunal Electoral porteño, desde la IGE señalaron que el debate sobre la utilización de la Boleta Única Electrónica se volvió “abstracto”.
Sin embargo, defendieron el instrumento y señalaron que las demoras que se registraron en los centros de votación “en algunos casos” fueron consecuencia de las dificultades que planteó la concurrencia con dos sistemas de votación. Aunque también remarcaron que hubo complicaciones por demoras en las aperturas de las mesas, por el alto ausentismo de autoridades y por la no aplicación del sistema de voto simultáneo que se había aprobado para la ocasión.
En la misma línea, informaron que durante la elección se detectaron fallas en 251 máquinas de votación de la BUE, de las cuales 166 se repararon en el momento y otras 85 tuvieron que reemplazarse, “tarea que no demandó más de 5 minutos en cada caso”. Esos casos representan menos del 2% de las más de 14.000 máquinas destinadas al operativo de la jornada electoral, por lo que no puede atribuirse a ello las dificultades registradas.
Una de las posibilidades bajo análisis es que la elección se realice con boletas de papel con dos urnas diferentes separadas por biombos de cartón, una para cargos nacionales y otra para la elección local.
El domingo pasado, la jornada electoral en la que se llevaron adelante las PASO comenzó con una presentación de la jueza Servini alertando sobre los problemas que desde el sábado a la noche se presentaron en los colegios: la falta de urnas electrónicas, otras con problemas de uso y otras más que no tenían sus kits.
“Resulta preocupante el grado de improvisación con el que se han manejado tanto la empresa contratada para la provisión e instalación de las máquinas de votación, como el propio Instituto de Gestión Electoral de la Ciudad de Buenos Aires, evidenciando una impericia nunca antes vista en la organización y ejecución de un proceso electoral”, criticó la jueza, que también había emitido una resolución en la que señaló que si se presentaban problemas con la urna electrónica eso no frenaba la votación nacional con la tradicional boleta de papel.
Ese día, cerca del cierre de votación, Servini dispuso que en siete colegios de la ciudad el horario de votación se extienda hasta las 19:30 horas. Fueron en los que se relevó que hubo mayores problemas con las urnas electrónicas.