El Procurador General de la provincia, Jorge Amilcar García, aseguró que tienen pruebas suficientes para juzgar a los señalados como responsables del femicidio. Confirmó que Wagner no actuó solo y que «a Pavón se le amplió la imputación». El funcionario consideró que en la causa por el secuestro, violación y asesinado de la joven Micaela García dos de los detenidos, Sebastián Wagner y Néstor Pavón, serán imputados por homicidio triplemente calificado y cree que en los hechos actuaron ambos. Agregó que faltan los resultados de genética y estimó que Pavón será indagado en los próximos días y que en muy poco tiempo la causa será elevada a juicio.
García precisó que «aún no se le ha tomado declaración a Néstor Pavón porque desde la Fiscalía se le amplió la imputación.
Él era considerado encubridor por haber ayudado a Sebastián Wagner en su huida pero ahora se lo está acusando también como coautor del hecho principal, es decir homicidio triplemente calificado por secuestro, abuso y muerte. La declaración de Wagner confirma las sospechas que teníamos sobre el verdadero rol de Pavón en el hecho». En tal sentido, García manifestó que «está probado que Wagner y Pavón estuvieron juntos esa noche y para nosotros era raro de que después de haber estado con Wagner y haberlo ayudado a escaparse, justo en el momento de los hechos Pavón estuviera ausente. La declaración de Wagner es la que enlaza estos eslabones y hay una cantidad de elementos que hemos recolectado -cuyas características por ahora me reservo para no entorpecer el curso de la investigación- que van a confluir con lo que falta de los exámenes de genética. Según García, «la versión de Wagner es muy válida porque no intentó quitarse su propia responsabilidad.
En cambio Wagner no sería creíble si hubiese dicho ‘yo no fui, fue Pavón’. El admitió su culpabilidad e incluyó a otra persona como coautora que es importante teniendo en cuenta que hubo una rápida y fácil reducción de la víctima y, sobre todo, lo que ocurrió después ya que es muy difícil el ocultamiento de un cuerpo sin la participación de una segunda persona». Respecto a la situación del hijo de Nora González, concubina de Wagner, que fue el encargado de llevar a cabo una cuidadosa limpieza del Renault 12 Break donde estuvo Micaela García con sus agresores, García puntualizó que «tenemos abiertas en el expediente algunas situaciones colaterales de encubrimiento. Si los fiscales que están actuando directamente en la causa consideran que hay elementos para llevar a juicio a esta persona que limpió el vehículo, así se hará.
Lo que queremos es llevar a juicio todo aquello que sea seguro de ser merecer una condena». Al ser consultado sobre si consideraba que la investigación tendrá un pronto cierre y se podrá pedir la elevación a juicio próximamente, García dijo que «en muy poco tiempo estaremos elevando a juicio porque ya contamos con elementos suficientes y otros que serán agregados en estos días. También falta la indagatoria a Pavón, que le será tomada en estos días, pero éste es un caso que seguramente tendrá prioridad en cuanto al juzgamiento», finalizó García.
La normalidad en apuros
Debiera ser normal en un orden republicano, que la justicia ajuste los procesos a plazos menos vergonzantes. Pero ello no suele ocurrir, salvo que la presión social y el batimiento mediático, ponga en verdadero apuro a los dos poderes del Estado que tienen esa preocupación como eje central de su acción política: el Ejecutivo y el Judicial. Nadie quiere gente enojada y menos que ese sentimiento termine generalizándose. Entonces, parece absolutamente imperativo que esto pase pronto, de manera que la “salud” del statu quo no se vea afectada. La idea es que luego de la impostación venga la normalidad, es decir, se cumpla la exigencia de la hora urgente, para salvar con ello la suerte del poder en apuros.