Las autoridades de la obra social no consiguen que los médicos receten por la droga genérica y no por marca comercial. Entienden además clave que el gobierno aumente un 2% del aporte de los activos.
El Iosper da cobertura social a un universo de casi 300 mil personas en Entre Ríos, un tercio de la población provincial, pero se enfrenta a un serio problema estructural de financiamiento: gasta más dinero de lo que recauda. Los remedios se llevan el 28% del presupuesto cada mes. Las autoridades de la obra social no consiguen que los médicos receten por la droga genérica y no por marca comercial.
Además, a veces, ocurren prestaciones no del todo justificadas. Hay una serie de documentos, especie de recetarios médicos, con el detalle de un medicamento prescripto por un profesional, el nombre del paciente, la marca comercial del remedio, y una advertencia, escrita al margen: «No se autoriza cambio de denominación comercial». Aún cuando el Instituto Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper) pretenda aplicar una política de reducción del gasto en medicamentos, por ejemplo por la vía de la prescripción de las drogas genéricas y no por marcas comerciales, se enfrenta a un problema de difícil de resolución: el paciente insistirá en conseguir el medicamento que recetó el médico, y no un sustituto.
Encima, el médico pide expresamente una determinada marca comercial, y no otra, y firma esa petición en el recetario. El genérico siempre es más económico que una determinada marca comercial, aún cuando el efecto, en ambos casos, sea el mismo. Cada mes, el Iosper gasta un promedio de 30 millones de pesos en medicamentos, lo cual representa el 28% del gasto total en prestaciones. El alto nivel de gasto en medicamentos produce un déficit operativo mensual de entre 6 y 7 millones de pesos. A veces, un solo medicamento tiene un costo que supera el medio millón de pesos.
Números
La obra social provincial tiene un aporte promedio del 6,39%: un afiliado activo aporta un 3% de su salario, y otro 4% realiza el Estado; mientras, los pasivos, aportan el 4% de su salario, y el Estado, el 2%, en vez del 4% histórico. En la década de 1990, una ley de emergencia recortó ese aporte. Cada mes, el Iosper recepta 92 millones de pesos en aportes que envía el Estado (vía aporte patronal y personal), pero gasta 104 millones, lo cual produce, mes a mes, un déficit que por ahora no se puede corregir, aseguró Fernando Cañete, presidente de la obra social. «Creemos necesario que haya un reacomodamiento en el monto de los aportes de la patronal. Va a ser difícil, pero habrá que entender que el Iosper atiende un sector sensible, como la salud de una cuarta parte de la población.
Al año, se gastan 1.400 millones de pesos en prestaciones. De lo que ingresa, sólo el 12% es gasto de funcionamiento, y el 88% es gasto prestacional. No nos pueden decir que estamos malgastando. Estamos cumpliendo a rajatabla la ley», señaló Cañete, en diálogo con El Diario de Paraná. A ese panorama se agrega el dato de que, en ocasiones, se observan sobreprestaciones En Iosper hay una teoría, bastante bien fundada: que se gasta demasiado en prestaciones, y que no siempre se gasta bien. «Muchos prestadores comercializan con la salud», afirma Cañete. Ese gasto, a veces exagerado, dibuja en los números del Iosper un rojo que por ahora no se puede controlar. «El gasto prestacional nos está produciendo desfinanciamiento todos los meses. Y necesitamos recomponer los números. Para eso necesitamos que el Gobierno acompañe con un aumento del 1% al 2% del aporte de los activos», apunta.
Y enseguida aclara que la obra social «gasta bien, porque lo que gasta es en prestaciones, las prestaciones que facturan los prestadores». Aunque lo que prescriben los prestadores no siempre es lo que el paciente necesita. No logran, por ejemplo, que los médicos receten por la droga genérica y no por marca comercial. A veces, además, ocurren prestaciones no del todo justificadas. «Estamos trabajando para reforzar las auditorías, pero también parta sentarnos a hablar con los prescriptores. Necesitamos que colaboren con la obra social. No por recetar un medicamento de 300 mil pesos el tratamiento le va a dar buen resultado al paciente. ¿Qué cura, la marca comercial o la monodroga? Nos encontramos con el hecho de que el médico receta una marca comercial determinada, y al afiliado es muy difícil hacerle entender que necesita la droga, no la marca comercial», indicó Cañete.