Intentaron asaltar a una hija del Vicegobernador

p6 16-1-15La hija de José Cáceres fue abordada por dos sujetos en una calle céntrica de Paraná. Vecinos la ayudaron y detuvieron a los delincuentes que tendrían antecedentes por otros hechos delictivos. 

Momentos de tensión se vivieron ayer, poco después de las 14 en las inmediaciones de calles San Juan y Uruguay, donde fueron detenidos dos sujetos de origen jujeño, quienes poco antes intentaron arrebatar por la fuerza la cartera a una joven que caminaba por San Juan, luego de cumplir con su día de trabajo. Al parecer, según algunos testimonios, un par de personas que iban en un vehículo intentaron ayudar a la joven, sacándole de encima a quienes forcejeaban con ella. En ese momento arribó al lugar Agustín, de 23 años, el novio de la víctima, que vive en las inmediaciones e intentó calmar los ánimos. «No entendía lo que estaba pasando, hasta que advertí que la persona agredida era mi novia», contó. Sobre la marcha, intervino una patrulla policial, que esposó a los dos sospechosos y los mantuvo bajo vigilancia en la misma esquina, mientras uno de ellos vociferaba amenazas. Cuando los efectivos de la patrulla recabaron los datos de la víctima, quizá el nombre de Rita Cáceres no les dijo mucho.

 

Cabe destacar que la joven se manejó en todo momento con total humildad, a la espera del avance normal del procedimiento. Minutos después, tras haber logrado la muchacha comunicarse con un familiar para ponerlo al tanto de la situación, los uniformados se enteraron que la afectada por un hecho delictivo, en plena siesta paranaense y en el microcentro de la ciudad era hija del vicegobernador de la provincia de Entre Ríos, José Orlando Cáceres. Respecto a los dos detenidos, fuentes «extraoficiales» señalaron a El Diario de Paraná que se trata de padre e hijo, Jorge Díaz, de 37 años y Ramón Díaz, de 65, ambos oriundos de la provincia de Jujuy, pero que estarían viviendo desde hace un tiempo en un galpón de calle Uruguay 215, a pocos metros de donde interceptaron a la joven. Mientras transcurría el tiempo y se continuaban realizando las averiguaciones, llegó hasta el lugar una vecina de la zona, que dijo llamarse Gabriela Curto, quien al ver a los dos detenidos los identificó diciendo: «Son unos estafadores, yo llegué a ellos por un aviso clasificado donde se ofrecen como gasistas y me estafaron. Se quedaron con 3.000 pesos y nunca me hicieron el trabajo para lo que los contraté. Después llamé a Redengas para constatar la matrícula que me mostraron y me confirmaron que era falsa. Les reclamé muchas veces por el dinero que se llevaron y por teléfono me han dejado amenazas.

 

Mirá ahora en dónde los vengo a encontrar», expresó. Por su parte, Rita, quien optó finalmente por tomar lo ocurrido como algo anecdótico, dijo que «me quedé un rato más en mi trabajo, salí más tarde de lo acostumbrado y cuando venía caminando por calle San Juan, esta gente me quiso sacar mi bolso, me golpearon en un brazo, casi me cortan la correa a los tirones y por suerte me ayudaron y después la policía actuó muy bien», expresó. No dejó de llamar la atención las amenazas proferidas en todo momento por el mayor de los detenidos, quien tras apuntar directas promesas «de un próximo encuentro», con el cronista de esta Hoja, siguió profiriendo amenazas de muerte, aduciendo «sé donde encontrarte». Al momento, las víctimas que permanecieron en el lugar por más de una hora y media, comentaron que «se cansó de amenazar a todos. A una mujer, que salió como testigo de las actuaciones, la amenazó, le dijo que sabía dónde vivía y la pobre salió de aquí re asustada», contó Rita. Finalmente, los dos detenidos fueron ubicados dentro de un móvil policial, para ser trasladados a una dependencia policial y la víctima, ya recuperando la sonrisa y tratando de romper la tensión de lo vivido para calmar a quienes la acompañaban, dijo: «Lo único que quiero es llegar a casa a almorzar». Eran las 16.30.