Ante la pandemia del Covid 19 y el Aislamiento social, preventivo y obligatorio que estamos transitando, resulta novedoso el emprendimiento que se creó en forma virtual para dar asistencia a las personas que lo requieran en los más variados aspectos. Se trata brindar un servicio, acorde a la realidad y que podríamos calificarlo como un ejemplo de verdadera caridad.
Así nació “Sesenta”, una plataforma en la que se pueden suscribir gratuitamente quienes lo deseen para pedir asesoramiento sobre la urgencia del solicitante. Entonces a lo largo de una hora reloj, desde el otro lado de la pantalla podrá escuchar propuestas para aprender, interiorizarse y a su vez, ver un camino a transitar ante la dificultad que se presenta.
Distintos especialistas de numerosas ramas ya se encuentran adheridos para brindar sus conocimientos a los interesados. Esto incluye desde asesoramiento espiritual, psicológico, arte culinario, pinturas, entre otras, a ideas para fundar nuevas propuestas.
En un mundo tan competitivo donde el saber tiene su valor económico llama poderosamente la atención que muchos profesionales, tal vez entendiendo de que la sociedad debe transformarse para ser más solidaria, estén brindando su sapiencia sin pedir nada a cambio. Sería oportuno que Concepción del Uruguay pueda contar con un servicio de estas características ya que muchas personas se encuentran en una situación realmente complicada.
Si bien las personas escolarizadas en los distintos niveles están recibiendo clases virtuales, lo hacen en cuanto a contenidos propuestos por la currícula, pero esto sería una ayuda imprescindible porque respondería al aprendizaje voluntario según la vocación o gusto de cada uno. Además abarcaría a toda la comunidad. El acceso a internet prácticamente está al alcance de la gran mayoría de las personas, pero aquellos que todavía no pueden hacer uso del mismo, sería oportuno que desde el municipio se pueda generar una solución para los que están imposibilitados.
En definitiva, se trata de tender una mano, un servicio a quienes lo estén necesitando. Entender que la felicidad se puede plasmar cuando uno se olvida de sí mismo para ayudar al otro. Ya es hora de dejar de pensar egocéntricamente para tener una mirada más solidaria en donde todos puedan tener las mismas oportunidades y construir, desde el conocimiento, una comunidad donde todos se sientan partícipes y acompañados.