En el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, Independiente y Estudiantes de La Plata salieron a buscar el pase a cuartos de final de la Copa Argentina, los diferenciaron las formas, pero el empate 1-1 en el tiempo regular fue lo mejor reflejó lo sucedido en el partido, que pudo ser de cualquiera. Los penales terminaron siendo una redención para los platenses y un castigo a la falta de efectividad para el Rojo.
Al equipo de Carlos Tevez le costó acomodarse en todo el primer tiempo, frente a un Estudiantes, que eligió la tenencia de la pelota y avanzar con toques, pero careció de profundidad. El conjunto de Avellaneda, que con el nuevo DT aún sigue buscando su identidad, también fue ofensivo, pero probablemente, por las propias limitaciones, necesitó saltear líneas, usar más los costados a falta de juego interno, pero llegó con más claridad.
El juego colectivo y más vistoso que propuso el cuadro plantense resultó mucho menos efectivo. Antes de que se abriera la cuenta, habían amenazado a Mariano Andújar, Martín Cauteruccio y Matías Giménez. Y así cayó el primer gol, con otra situación aislada de generada por Independiente: Mauricio Isla escaló por el lateral derecho, buscó el área y el rebote le quedó a Lucas González, que sacó un derechazo que se clavó en el rincón abajo, donde no llegaba el arquero.
El empate no se hizo esperar demasiado para Estudiantes, que todavía no había inquietado a Rodrigo Rey. El equipo de Eduardo Domínguez siguió apostando a la construcción de los ataques, con Benjamín Rollheiser como principal pieza de desquilibrio de tres cuartos en adelante. El ex-River pegó un disparo en el palo, la despejaron al córner y el Rojo dejó que Fede Fernández saltara con total libertad y cabeceó para el 1-1, el centro de José Sosa.
Cuando en el complemento los entrenadores metieron mano en sus equipos, se rompió el partido, se rompió la lógica que había dominado el desarrollo hasta ahí y los dos fueron a «todo o nada» hasta el final. La salida de Rollheiser le quitó juego a su equipo. Pero aún, en el «palo y palo», fue Independiente el que consiguió las chances más concretas. Fede Fernández se fue expulsado para frenar la escapada de Alexis Canelo y en la última, Andújar y Santiafo Núñez, con una doble salvada, firmaron el 1-1 y la definición por penales.
Desde los doce pasos, de nuevo intervinieron los técnicos: Carlos Tevez eligió a los pateadores y el orden. Mientras que Eduardo Domínguez designó los nombres y dejó el resto en manos de los jugadores.
No fue una serie de arqueros con machetes, ni de grandes héroes. Terminó siendo un final más de antihéroes y lágrimas, que de festejos eufóricos, porque Matías Giménez -que tuvo dos chances claras falladas en el partido- picó su penal, pero sin potencia ni direccción, de tal modo, que fue a las manos de Andújar, que ya estaba en el suelo.
También fallaron Joaquín Laso y Canelo. Los del Pincha, que venían su eliminación por penales en la CONMEBOL Sudamericana, después de haber peloteado al Corinthians, aprendieron su lección y José Sosa, Gastón Benedetti y Eros Mancuso acertaron sus disparos para que esta vez, la frustración quedara del lado del frente.
Estudiantes LP se enfrentará a Racing o Huracán en los cuartos de final.