Productores avícolas de la zona se reunirán en Basavilbaso para dar impulso a la conformación de la Cámara Argentina de Productores Integrados de Pollos. «Los frigoríficos nos tienen de rehenes, ponemos el capital y mucho laburo y estamos verdaderamente desamparados al no haber reglar claras», se quejan.
Los productores señalan que «el sistema productivo avícola es uno de los más dinámicos de Entre Ríos. La avicultura logró constituirse en una actividad altamente tecnificada y con incorporación de valor agregado, lo que impacta en la ocupación de mano de obra local. Por otra parte ayudó a frenar la emigración de la familia rural, un fenómeno que alientan otras actividades como la agricultura sojera que ocupa escasa mano de obra en el campo. No obstante hay un eslabón de esta cadena que es el más delgado, como siempre lo fue: el productor avícola». «El productor integrado, generalmente propietario de las instalaciones, no cuenta con contratos claros al momento de incorporarse y generalmente los acuerdos son por crianza. Y la continuidad depende del arbitrio de la empresa integradora.
Tampoco se le garantiza una frecuencia en la entrega de pollos. Ante cualquier disminución de la demanda se suspende o dilata la provisión del pollito y el productor se queda con las instalaciones ociosas y sin ninguna indemnización», señalan Carlos Hecker y Javier Kupervaser, productores avícolas de Basavilbaso en declaraciones a FM Riel El viernes 27, a las 20:30 horas, en el quincho de la Cooperativa Ganadera «El Pronunciamiento», en Colonia Nº 2, se reunirán con el propósito de conseguir adhesiones a la conformación a la Cámara en formación. «Confiamos que si somos muchos vamos a conseguir más rápido la Personería Jurídica, cuestión que está hace dos años «estancada» por los grandes lobbies que hacen los empresarios, a los que al parecer no les conviene que estemos unidos». «Los frigoríficos nos tienen de rehenes, ponemos el capital y mucho laburo y estamos verdaderamente desamparados al no haber reglas claras, con noFoto: FM Riel sotros hacen lo que quieren», se quejó Hecker. Kupervaser reconoció que mucho de lo que les pasa es porque «trabajamos tranqueras adentro, lo que nos aísla y esto termina siendo funcional a los frigoríficos.
Estamos integrados mientras trabajamos, cuando llega la parte comercial (el momento en que tienen que pagar la crianza) ahí ya no somos más nada, una vez que se llevan el pollo de la granja no sabes cuánto pesó, menos cuánto vas a cobrar ni el plazo en el que van a pagar», apuntó. «Los políticos se llenan la boca hablando de las economías regionales, de la problemática del arroz en Entre Ríos y la verdad es que para encontrar una arrocera en la provincia tenés que hacer kilómetros y kilómetros, mientras que la avicultura si que está presente en todos lados y se extiende a todo el país y no escuché a nadie hablar de sus problemas, menos de lo que estamos pasando los que estamos en el último eslabón de la cadena», agregó Kupervaser. «Los productores estamos más apretados que los pollos en la granja», aseguró Hecker que precisó que «tenemos la responsabilidad, en cincuenta días que los tenemos en la granja, que el pollo coma poco, pese mucho y muera poco.
Si logramos eso, podemos cobrar un poco más, pero el productor no cobra antes de los treinta días y en casos hasta noventa días más de $2,30 por pollo terminado, mientras que en la góndola por kilo el consumidor paga 23 pesos el kilo». «Los frigoríficos venden los pollos al supermercado y en no más de 48 horas recuperan la plata de la inversión y ganan una buena tajada, la más grande de toda la cadena. Por esta cuestión, entre otros aspectos, es que se necesita de la intervención del Estado, para que regule y establezcan limites y reglas, derechos y obligaciones del productor integrado y del integrador», opinó Kupervaser, que recordó que en el Congreso de la Nación, «hace unos dos años se presentó un proyecto para regular los contratos de integración, pero duerme el sueño de los justos».