Contador de profesión, Gustavo Labriola cultivó toda su vida dos pasiones: la literatura y el cine. Fruto de ello es su primer libro, que presentará el próximo jueves 14 de octubre en la Biblioteca Popular “El Provenir” a las 19hs, en el marco de la Feria de la Palabra, que organiza la Municipalidad de Concepción del Uruguay.
“Me alegra mucho poder participar de esta feria de la Palabra que organiza la Municipalidad de Concepción del Uruguay y compartir esta experiencia con tantos artistas y hacedores y hacedoras de la cultura en esta ciudad tan querida, además de las y los referentes que vendrán de otras ciudades”, explica el autor de “Los libros y el cine” (2021, Editorial Dunken).
Además, “poner en el centro de un evento como este a la palabra es una forma de revincularnos con aquella parte fundamental de la cultura y, por lo tanto, de la vida en comunidad, que es el lenguaje. En las palabras que usamos están las huellas de nuestra identidad, de nuestra historia como pueblo, y están también los signos que nos permiten alumbrar el futuro que deseamos forjar entre todos. Por eso es tan importante enaltecer la palabra en todas sus formas”, considera Labriola que estará acompañado este jueves por la periodista uruguayense, Ana Hernández.
Contador, concordiense, padre de cuatro hijos, Labriola se desempeña actualmente como secretario de Hacienda de la provincia. Sin embargo, ha sabido conjugar su extenso desempeño en la profesión y en la función pública con una pasión que se remonta a su más temprana edad. “Una vida alrededor de los libros y el cine”, explica.
“Los libros y el cine ocuparon siempre un lugar fundamental en mi vida. Me permitieron crecer, en todo sentido. Posibilitaron que cuente con un criterio de análisis crítico y una mirada abarcadora respecto a la condición humana y, entre otras cosas, intentar desentrañar los grandes misterios de la vida: el nacer y el morir y las dudas que, además, complejizan la vida cotidiana y moderna”, adelanta en el prólogo.
En ese sentido, el autor explica que “lejos de mi intención se encuentra cualquier pretendida erudición o análisis profesional de los libros o los films”, y agrega: “El propósito sustancial es recordar, y rescatar libros y películas que me han hecho mucho bien y que podrían ser interesantes para otros”.
“En estos escritos va un relato parcial como es parcial la memoria y en ella anidan todos aquellos libros y aquellas películas que han impactado mi corazón”, continúa.
No obstante, a lo largo de sus más de 360 páginas el libro da cuenta de una relación entre ambas artes que se extiende también a la radio, al teatro y que atraviesa los acontecimientos salientes de su tiempo histórico.
No son menores las semblanzas que ofrece Labriola sobre los cines de Concordia en las décadas del 60 y 70, cuando se inició en las artes del espectador; o en las aguafuertes de la política universitaria post dictadura, que lo tuvieron como protagonista en la Facultad de Ciencias de la Administración de la UNER, junto al hoy gobernador Gustavo Bordet.
“¿Qué significaba ver una película en esos años en los que sólo teníamos tres cines, no había videoclubes ni servicios de streaming? Bueno, había un ritual del cine, un sentimiento de comunión. Y luego están los sucesos históricos, ¿qué implicó para nuestra generación la llegada del hombre a la Luna, la dictadura, la guerra de Malvinas? ¿Qué producía el cine y la literatura en esos contextos? ¿Qué películas llegaban hasta nosotros en las épocas de recuperación democrática?”, se pregunta el autor que disertará el próximo jueves a las 19 en La Histórica.
La escritura del libro comenzó en octubre de 2019 y finalizó en diciembre de 2020. Más tarde vendría el trabajo de las sucesivas correcciones. Durante ese tiempo trabajó sobre apuntes, recuerdos y archivos personales. “Todo este proceso de ir acordándome cosas puede motivar al que lo lea a hacer ese mismo ejercicio. Uno descubre en eso muchos olvidos que en la vida tienen importancia. Y al analizarlo en conjunto se percibe que todo eso se ha ido incorporando a la forma de pensar o de vivir”, detalla.
Cuando le preguntan si fuera protagonista de una película, qué personaje le gustaría interpretar, Labriola sostiene sin lugar a dudas: “un espectador de cine”. Algo que reafirma en la introducción de su trabajo, cuando sostiene que, según él, la “fórmula” recomendable para embeberse de cultura en este tiempo: “Una dosis recomendable sería una película por día y un libro a la semana”, subraya.
Finalmente reflexiona acerca del proceso de escritura y concluye: “Bien valió la pena desandar los recuerdos e involucrarme con el pasado porque, debo decir, sin temor a equivocarme ni a exagerar, que leyendo y viendo cine he sido feliz”.