Lindante a la Basílica Inmaculada Concepción, nuestra ciudad disfruta desde hace más de cinco décadas, los helados de la DANY’S. Anteriormente, también, confitería, el icónico lugar ha sabido reinventarse y luchar a través de los años.
En este marco, la revista MIRADAS dialogó con Daniel Alejandro Claramunt, el heredero de la emblemática y tradicional heladería uruguayense.
Los inicios
La heladería fue fundada en noviembre de 1968 por Daniel Ángel Claramunt, hijo de Juana Bulay y Teodoro Claramunt. Era una familia de trabajadores con cuatro hijos. Daniel, nació en Concepción del Uruguay y desde muy chico supo del trabajo. Con tan solo 8 años conocía el oficio de tambero y vendía diarios, para ayudar a su familia.
Siendo muy joven, trabajó en la Confitería Parra, ubicada en calle 3 de Febrero y San Martín. Allí, realizaba todo tipo de trabajos y mandados, y además de aprender a hacer sanguches, aprendió el arte de elaborar helados. Esto último fue lo que le interesó, y a lo que le veía mucho futuro.
Cabe señalar, que sus patrones no lo veían factible, y priorizaban otros productos del comercio, como los sándwiches de miga o la bombonería.
Daniel Ángel Claramunt se casó en el año 1962 con Olga Lemos, con quien tuvo dos hijos, Alejandro Daniel y Diego.
La Heladería y Confitería Dany’s
Olga es quien animó a Daniel a independizarse, y fue así como decidió comprar el terreno ubicado entre la Basílica Inmaculada Concepción y el edificio Guini.
Daniel Claramunt alquiló el local en el 1968 y luego, con ayuda de un crédito bancario a fines del 1971, logró comprarlo. Finalmente, luego de acondicionar el lugar, Helados Dany’s abrió sus puertas en noviembre de 1968.
Cuenta Alejandro, que el nombre del local se debe al suyo y al de su padre, ya que los dos se llaman Daniel. Asimismo, otro dato curioso, es que comparten las siglas D.A, debido a que Alejandro se llama Alejandro Daniel, y su padre Ángel Daniel, como se comentó anteriormente.
Hasta el 1974, la heladería y confitería Dany’s, funcionó en la vieja construcción, y no solamente era heladería como la conocemos hoy, sino que, era confitería, es decir que se vendían cafés, sándwiches, etc.
En ese tiempo, el local era más chico que el de ahora, aproximadamente la mitad del actual salón de ventas, y en los primeros años del negocio, el mostrador estaba ubicado de norte a sur del local de atención.
Heladería puramente artesanal
En ese entonces, y como lo es ahora también, eran pocas las heladerías que elaboraban sus propios productos para fines de la década de 1960.
Alejandro recuerda a las heladerías “Uruguay”, de la familia Sittoni, “La Pequeña”, de Ricardo Ratto y otra que ha quedado olvidada en el tiempo y que le gustaría que se recuerde más, que era una que estaba ubicada sobre el bulevar Aráoz, en las cercanías del Ejército Argentino.
Por aquellos tiempos, relata Alejandro, se usaba contar con “heladeros”: “Eran hombres que en bicicletas recorrían las calles de la ciudad durante el verano, haciendo sonar una campanita y dando su clásico llamado, que era una fiesta para los chicos de entonces: “Tacita, palito y bombón helado”. La Dany´s también tuvo heladeros que recorrían las siestas de Concepción del Uruguay”.
Para llegar a más público, distribuían sus productos en diferentes comercios ubicados fuera del radio céntrico de la ciudad, para así logar que los uruguayenses pudieran degustar helados desde cualquier barrio de la ciudad, incluso también distribuían en otras localidades del departamento.
La aceptación de los helados y demás productos de la Dany’s, fue casi inmediata, tal es así que, en el 1971, obtuvieron el “Certificado de oro en popularidad” para el rubro heladerías, años 1971 y 1972, superando a la RYS, que se ubicó segunda y a la Dión, que ocupó el tercer lugar.
Nuevo edificio, nuevo local
En el año 1974, el matrimonio Claramunt – Lemos, tuvo la idea de renovar el local. En principio, quisieron construir un edificio de cinco pisos, reservándose la planta baja para el local comercial.
Era un proyecto de gran envergadura, pero lamentablemente el matrimonio se separó en el 1975, por lo que la construcción quedo inconclusa. Solamente se alcanzó a edificar la plata baja y el primer piso, tal como se lo puede ver en el día de hoy.
Con esta reforma, se amplió casi al doble el salón de ventas, se cambió la orientación del mostrador y se reubico la fábrica.
Otra situación que trajo esta remodelación, es que, desde ese momento, la Dany’s, dejo de ser confitería, pasa pasar a ser heladería solamente, como lo es hoy en día.
Por otro lado, en el año 1983, Daniel Claramunt, formó una nueva pareja con la Gloria Pinget, quien lo acompaña desde entonces, en la vida y fabricación de helados desde entonces.
“En los primeros años fabricaban muchos gustos de helados, siendo los más vendidos, los gustos de dulce de leche y chocolate en primer lugar y la vainilla y el limón en segundo término”, indicó Alejandro.
Asimismo, en la actualidad superan los 70 gustos, con una amplia variedad.
Por otra parte, Alejandro comenta sobre la actualidad: “Elaboramos helados a la crema, helados frutales al agua y helados dietéticos. Es de destacar que para los gustos tradicionales se siguen usando las mismas recetas con que se empezó a fabricar el helado, allá por 1968”.
Con el tiempo, las clásicas máquinas elaboradoras de helado verticales, que necesitaban de mucho esfuerzo físico, ya que había que manejar el helado con una gran pala de madera semejante a un remo, fueron reemplazadas por nuevas máquinas de carga horizontal originarias de Italia.
Cabe señalar, que estas máquinas permanentemente se actualizan de acuerdo a las exigencias del mercado y de las autoridades sanitarias.
“La particularidad de los Helados Dany’s, es que para su elaboración se utiliza materia prima de primera calidad, se fabrica en poco volumen, aproximadamente de 10 kilos por tanda, lo que permite que siempre el helado que se ofrece sea fresco, recientemente elaborado”, agrega Alejandro Claramunt, dueño de la heladería.
Sabores únicos
La Heladería Dany’s, se caracteriza por siempre estar renovándose en cuanto a los sabores de helado que ofrece a sus clientes.
Alejandro comentaba que le gusta innovar, probar cosas nuevas. La inspiración la encuentra en programas de cocina, en viajes que realiza, o en recomendaciones de amigos o clientes. Cuenta que muchas veces le dicen “che Ale, esto tendría que ser un sabor de helado”.
Alejandro muchas veces escucha, y crea gustos impensados.
Así fue como surgió el sabor “Crema de palta con chispas de queso”, sí, un helado prácticamente salado, algo no muy común por lo menos en Concepción del Uruguay.
Ese sabor de helado se caracteriza por tener grandes pedazos de queso, lo que hace que la combinación con la crema de palta, sea una verdadera explosión de sabores en la boca.
Otros de sus originales sabores son “Ananá cheese”, “Cherry con chocolate granizado al rhum”. “Crema bazooka” y “Gancia con limón” entre muchos más.
Anécdotas
Una de las épocas de gloria para la Dany’s, fueron cuando se llevaban a cabo los corsos en la plaza Ramírez, ya sea el tradicional de murgas, carrozas y cabezudos, en la década de 1970 y los modernos de comparsas, hasta mediados de la década de 1980, que es cuando este comenzó a decaer.
Sin embargo, la Heladería Dany’s sigue vigente como en su inicio, y un ejemplo de esta situación sucedió mientras conversábamos con Alejandro en el local.
De este modo, una mujer se acercó para comentarle que hace unos años se había ido a vivir a Villa Elisa, y que este verano volvió a visitar Concepción del Uruguay.
Asimismo, en su visita, pasó por la heladería de su niñez, la Dany’s, y le detalló a Alejandro que los helados seguían teniendo el mismo sabor que en la época que ella vivía aquí.
Estas particularidades y mucho más, es lo que hace que la Heladería Dany’s siga siendo un ícono de La Histórica. Sus helados únicamente artesanales, hacen que sea una de las heladerías más elegidas por los uruguayenses.
Pronto a cumplir 56 años, Helados Dany’s continúa con sus puertas abiertas, y Alejandro Claramunt piensa hacerlo por mucho tiempo más, ya que es un local emblemático tanto para la ciudad y como para su familia.