El hallazgo se produjo este lunes, en el cementerio de la localidad de La Criolla en el departamento Concordia. Octubre es un mes históricamente ligado a ritos ancestrales relacionados a la cultura de la muerte.
Este lunes, en el cementerio de La Criolla, en el departamento Concordia, se encontraron «animales muertos y macumbas». El encargado del camposanto fue quién primero se alertó de los restos de animales y objetos que parecen recordar a un tipo de ritual relacionado con la cultura de la muerte.
El mes de octubre, es algo especial en cuanto a ese tipo de rituales. En los países en los que predomina la creencia religiosa católica, las celebraciones de homenaje a los muertos se sitúan entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre.
En el mundo católico, y con mucha más profusión en las zonas rurales que en las grandes ciudades, las tumbas de los cementerios son limpiadas y adecentadas en estas fechas.
En México, donde el Día de los Muertos está considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se realizan altares, y se preparan platos de comida que eran del gusto de los difuntos.
Los países anglosajones celebran Halloween la noche del 31 de octubre. Esta fiesta, trasladada a América por los emigrantes irlandeses, hunde sus raíces en el ritual celta del final del verano y del fin de la temporada de cosechas.
Muchas veces, lo que se busca no es atraer a los espíritus, sino ahuyentarlos. Para esos casos, también hay rituales, tan variopintos como las culturas o las zonas de la Tierra en las que se utilizan. Lo normal es que haya un objeto que se usa como amuleto para evitar que los difuntos vuelvan al hogar.
En esta categoría podrían estar incluidas las ristras de ajos, que se colgaban en muchos hogares de centroeuropa para repeler a los vampiros; o los espejos, las campanillas y hasta los animales que llegaban a sacrificarse para que los difuntos no pudieran tener contacto con las personas que allí habitaban.
Es frecuente en la zona hablar de ritos umbanda. En ellos, los encargados de los cementerios encuentran figuras de yeso, flores, velas negras, imágenes, botellas, vidrios rotos y – por supuesto – restos de animales sacrificados.