Por la suba de los precios de la carne vacuna se dan cambios de hábitos en la alimentación no sólo relegaron al tradicional asado de los domingos, también al puchero, un clásico en tiempos pasados.
No se come tanta carne vacuna como antes. Según un informe realizado se pudo verificar en las carnicerías de Gualeguaychú la baja del consumo de la carne vacuna. Hace algunos años que la carne vacuna aumentó considerablemente su precio en el mostrador; la cantidad de granjas avícolas se multiplicó en Entre Ríos, y en otros puntos del país, al igual que la crianza de cerdos, productos que tienen un precio inferior al de origen bovino.
Según contó Nahuel Churruarín, dueño de una carnicería, el kilo de asado de tira cuesta $138, mientras que el de vacío cuesta $140, el de chorizo de primera $95 y $85 el de morcilla. En el caso de las entrañas, el kilo tiene un costo de $89; la molleja sale $30 cada una y un riñón $20.
Asimismo, el comerciante indicó que para una familia tipo, de cuatro personas, un asado completo está entre los 350 y 400 pesos, sólo en carne. “Después, lógicamente, hay que agregar las bebidas, las ensaladas, el pan y algún postre”, acotó Churruarín, quien además en su negocio tiene una oferta que no se agota a los cortes cárnicos, ya que “el cliente siempre lleva alguna bebida o pan para la comida, por ejemplo”.
Si bien el actual es “un precio accesible”, de todas maneras “el asado quedó algo relegado, a la hora de la elección de las personas, en relación a cortes más baratos como la falda parrillera”.
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