Las lágrimas en el rostro de Fernanda Otero no eran de dolor, sino de impotencia, porque la sensación que le dejó el fallo que condenó a tres meses de prisión de cumplimiento condicional por lesiones leves a su ex novio, Ezequiel Martínez, y absolvió de la gravosa imputación de abuso sexual con acceso carnal, «fue algo vergonzoso».
«No esperaba que ocurriera esto, él (Fernanda ni siquiera quiso nombrarlo) desvirtuó todo y el Tribunal le creyó, y yo quedé como que avalaba una relación enfermiza», manifestó la joven que permaneció internada tres días en el Hospital Centenario de Gualeguaychú a causa de las lesiones que ella denunció, y por las cuales acusó a Ezequiel Martínez.
«El mensaje que queda con este fallo es que no hay que hacer nada, la mujer golpeada parece que se la tiene que bancar, te tienen que matar a golpes para que el Tribunal te crea», indicó Otero, indignada con la resolución de una causa que se inició hace más de dos años, cuando ella debió escapar de una casa del Camino de la Costa semidesnuda y golpeada. Fernanda Otero se describe a si misma como una mujer muy reservada, pero esa reserva se ha visto alterada con las declaraciones que debió hacer a lo largo de la instrucción y en el debate. Los detalles que salieron a la luz, cualquier otra mujer hubiera preferido guardarlos en el rincón más profundo de su alma por vergüenza, pero ella confió en la Justicia y siguió adelante, hasta que se chocó contra una pared.