El «Tata» se alejó de su cargo cuando falta sólo un mes para el inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
En medio de una crisis política y económica sin precedentes, y a pocos días de la renuncia de Lionel Messi, el fútbol argentino recibió un nuevo golpe con la dimisión de Gerardo Martino de la conducción técnica de la Selección. El «Tata» se alejó de su cargo cuando falta sólo un mes para el inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
La renuncia de Martino tiene varias explicaciones, todas ellas derivadas de los graves problemas en los que está inmerso el fútbol argentino. En primer lugar, el «Tata» no tenía interlocutores en la entidad de la calle Viamonte, algo que quedó reflejado en la reciente Copa América Centenario disputada en los Estados Unidos.
En segundo lugar, el «Tata», dolido por una nueva derrota en una final frente a Chile, esperaba tener revancha en los Juegos Olímpicos, en los que aspiraba a armar un equipo de primer nivel para lograr la ansiada medalla dorada. Sin embargo, a tono con lo que venía ocurriendo en la Selección mayor, todo fue de mal en peor.
Los presidentes de los clubes le dieron la espalda y se negaron sistemáticamente a ceder a los jugadores que había convocado. Además, ningún dirigente de AFA intercedió ante los equipos europeos que también se opusieron a que sus estrellas jueguen con la camiseta «albiceleste» en Brasil. Entre ellas, Paulo Dybala y Mauro Icardi.
Pero esto no es todo. La fecha límite para entregar la lista definitiva del plantel que disputará los JJ.OO. es el próximo 14 de julio. Si ese día no se cumple con ese trámite, la participación argentina corre serios riesgos. En tercer lugar, Martino tenía dificultades para cobrar su sueldo. El ahora ex técnico argentino percibía 900 mil pesos por mes.
Los nombres para calzarse el buzo de DT parecen caerse de maduro. Diego Simeone, el propio Sampaoli, Marcelo Gallardo o Marcelo Bielsa encabezan las preferencias de los hinchas argentinos.