Fundación El Edén: La lucha diaria para recuperarse de las adicciones

p5 25-7--14Un repaso por el trabajo de la Fundación El Edén que trabaja con jóvenes y adultos con problemas de adicciones. El difícil camino de la recuperación. La fundación El Edén se viene dedicando desde hace más de 2 años en el trabajo de recuperación de jóvenes y adultos con problemas de adicciones.

Dentro de este proceso, se remarca la necesidad del respaldo y el trabajo en conjunto de las familias para que las personas que sufren adicciones puedan recuperarse. Miriam Blanco Rey, directora operativa de la comunidad que integra la fundación, comentó que en el programa de recuperación de alrededor de 10 meses, en donde se desempeñan profesionales en distintas áreas, el paciente pasa por diferentes etapas.

 

Dichas etapas consisten en «adecuarse a normas de convivencia y conocer la estructura del tratamiento, reconocer que el problema no está afuera sino en él mismo y así hacerse responsable de sus actitudes negativas para cambiarlas, poner el práctica todo lo aprendido en la comunidad y, por último, la plena reinserción social», explicó Blanco Rey. «En la fundación se trabaja lo que es la reinserción social desde un comienzo, ya sea con la familia o con los mismos pacientes porque muchos de los chicos que vienen a tratarse son de familias en situación de vulnerabilidad. Algunos trabajan y hace hospital de día o tienen trabajos esporádicos y de esa forma el chico trae elementos de su forma de relacionarse en otros ambientes que no tienen que ver con el consumo», señaló la directora operativa de la comunidad.

 

Por su parte, Juan Rey, quien dirige el área de Familia, remarcó que los familiares van una vez por semana a realizar coloquios, vinculares y encuentros especiales con sus hijos. «La idea es que la familia haga el tratamiento acompañando al chico en los distintos objetivos que se van proponiendo», comentó. «Cuando nosotros ponemos normas y una estructura, el chico solo no puede entonces necesitamos que madres, padres y hermanos también sean contención, también puedan poner un límite y ser parte de la red de educación. Generalmente las familias son disfuncionales y lo que tenemos que corregir es eso, cómo hacer para que las familias funcionen y que sea un equipo», agregó en ese sentido.

 

El testimonio de las familias
Yanina Scelzi tiene a su hermano Marcelo, de 17 años, realizando desde hace 3 meses el tratamiento de recuperación dentro de la comunidad. «El tratamiento de los chicos es parte nuestra también porque hay montones de cosas que tenemos que corregir como familias y venir los miércoles a las reuniones es lo que nos ayuda a trabajar día a día por ellos. Hay que saber manejar la situación porque no es algo fácil para ellos ni para nosotros», expresó. Scelzi contó también que Marcelo es su «hermano de corazón», y que ella junto a su madre lo criaron desde bebé hasta que cumplió 7 años, cuando su madre biológica se lo llevó a San José. «Marcelo tuvo una infancia medio rara, acá tenía toda su familia pero tuvo que irse con su mamá que trabajaba mucho y estaba poco tiempo con él y entonces Marcelo decidió elegir la calle.

 

Enterarnos de esto fue muy chocante y lo que más cuesta es asumir y decir `si, mi hermano es drogadicto y está cumpliendo un tratamiento'», aseveró. Asimismo, agregó: «Ahora lo tomamos con más tranquilidad gracias a Juan y Miriam que nos ayudan en el día a día. Marcelo está muy bien, es un chico muy responsable y tiene muchas ganas de cambiar y salir adelante. Quiere terminar la secundaria y ser futbolista a toda costa, tener su trabajo, su casa y formar una familia. Tiene muchos proyectos y por eso tiene muchas ganas de seguir con el tratamiento». Por otra parte, Mercedes Barandica es mamá de Gabriela, de 15 años de edad, quien desde hace 6 meses se encuentra en tratamiento. «Es un aprendizaje diario en las reuniones familiares que es donde como papas nos damos cuenta de muchas falencias, de daños que por ahí uno produce inconscientemente. Estas terapias son para ir solucionando cada problema con los chicos, a mí me toca sola porque soy separada y el papá de Gabriela vino a una sola entrevista y no vino más y por ahí es muy complicado en situaciones como esas poder sobrellevar el tratamiento», resaltó.

 

La madre de Gabriela manifestó que una de las principales causas que desencadenó los problemas de adicciones de su hija fue la pérdida de su hermana 2 años atrás. «A partir de eso Gabriela tuvo muchas crisis y muy grandes pero hoy eso ha cambiado mucho, tiene ganas de estudiar y se está dando cuenta de las cosas que estaba haciendo mal», sostuvo. Barandica también destacó la unión que se produjo entre los padres que se encuentran en el tratamiento de sus hijos, quienes se apoyan mutuamente. «Para nosotros es muy difícil admitir en qué nos equivocamos. Una cosa importante que nos dijeron cuando llegamos acá es que siempre detrás de un adicto hay un coadicto que somos nosotros, las familias. Por eso es importante reconocer los problemas para cambiar todo eso, que el chico se cure pero nosotros también tenemos que curarnos», dijo finalmente.