El lunes se había dado a conocer que un menor de 13 años había ingresado en el hospital Masvernat con una herida de bala en su cabeza.
Respecto del disparo que presentaba, hasta el momento no se aclaró oficialmente qué fue lo que sucedió, aunque trascendieron varias versiones. Lo que sí se confirmó es que el hecho ocurrió en el domicilio de un suboficial de la policía de Entre Ríos que integra el cuerpo de bomberos zapadores y que el arma que hirió al pequeño sería el que el hombre utiliza para su trabajo. Su madre quien deslizó que el chico habría decidido dispararse, debido a los reiterados episodios de «bullying» que sufría en la escuela a la que asistía, la Técnica Nº1 «Brigadier Pascual Echagüe». Según contaron los padres de los chicos la mujer escribió que «gracias a la actitud de los compañeros, su hijo estaba en ese estado». Durante una protesta de padres en la institución educativa, tras el mensaje que la mamá del niño envió al grupo de WhatsApp, una de las presentes, había revelado que «la madre del chico que está grave por el disparo, ya había reclamado en la escuela, situaciones que se estaban dando y después de eso, se hicieron un par de charlas de bullying, pero nada más». «Queremos que se hagan charlas en todos los años y trabajos con los chicos acerca del tema», reclamó. Este jueves tras permanecer internado en la Unidad de Terapia intensiva del centro de salud de Concordia, el joven falleció. En medio del dolor, sus familiares tomaron la decisión de donar sus órganos para dar una nueva oportunidad a quienes esperan por un trasplante.