El ex jugador de Atlético Uruguay, José “Zurdo” Velázquez falleció ayer. Fue jugador en Atlético Uruguay, pasando a reforzar algunos de los equipos de la ciudad como Gimnasia y Esgrima o Engranaje en el año 1979.
Padre de Lucas (director técnico del primer equipo de Engranaje), Gustavo (ex jugador de Deportivo Italiano, Gimnasia entre otros) y Maxi Velázquez ex Lanús de Buenos Aires, ayudante de campo del ex técnico de Boca, Jorge Almirón.
Por el profesor Orlando Busiello, especial para La Prensa Federal del 25 de octubre de 2009
Eran buenos tiempos para la entidad de Avellaneda, con títulos locales, continentales y mundiales que redondeaban una década brillante.
Velázquez fue probado dos veces que dando practicando en la entidad. No es común que una institución acepte un jugador que no trae «el pase libre» si no ve que reúne claras condiciones que lo ameriten.
Por tal motivo, la Academia solicitó los ser- vicios del jugador al Club Atlético Uruguay y el «decano» accedió entregarlo en calidad de préstamo. De esta manera, se incorporó a las prácticas albicelestes en la tercera división, pasando rápida- mente a la reserva donde entrenaba junto con el plantel de primera división integrado entre otros por Cejas, Basile, Perfumo, Woff, Chabay, Rulli, Zarich, Lamelza, Machado da Silva, Salomone y Adorno.
Tan bueno debió ser el desempeño del «zurdo» durante esos meses, que Racing ofreció al Club Atlético Uruguay en el mes de agosto, un partido por el pase definitivo de Velázquez a realizarse en Concepción del Uruguay, evento que por distintas circunstancias no llegó a concretarse.
Pero el destino quiso otra cosa, a fines de 1969, José tuvo diferencias con el cuerpo técnico de Racing y pegó un portazo, cerrando y haciendo añicos por decisión propia la puerta que había logrado abrir atesorando sueños y esperanzas, fue también su mayor amargura que hoy recuerda a la distancia.
Volvió al Club Atlético y si bien Racing hizo un nuevo intento decidió quedarse; a partir de entonces comenzará a escribir una nueva historia, integrándose a un grupo humano excepcional de muy buenos jugadores que será la base de una campaña formidable, que marcará rumbos dentro y fuera de los límites de Entre Ríos y que paseará con hidalguía el nombre del fútbol uruguayense a lo largo de los años 70′.
La institución «Decana», siempre dispuesta a escuchar y canalizar en la medida de sus posibilidades los anhelos de sus deportistas, le brindó estabilidad laboral. Pero además, José Velázquez tenía otra poderosa razón para quedarse, en 1971 unió definitivamente su vida a la de Norma Sanabria, la novia del barrio, docente y madre de sus cuatro hijos: María José, Lucas, Maximiliano y Gustavo; los dos últimos futbolistas profesionales continuado res de esa pasión familiar que anida en el corazón de los Velásquez.
El «zurdo» fue sin duda un Crack en toda la dimensión de la palabra, su andar sereno, los ojos bien abiertos, la cabeza levantada, la pelota atada a su botín izquierdo, la inteligencia para entender y concebir las jugadas, su sentido de equipo, su pegada formidable con las dos piernas y letal cabezazo, lo convirtieron en un goleador fenomenal dibujando tardes inolvidables, donde su nombre se hizo grito encendiendo la ovación abrazadora que solo el pueblo futbolero ofrenda a sus ídolos.
Desde 1970, año de su regreso donde salió campeón con Atlético, logro que la institución no alcanzaba desde hacía cinco años; José participó en la conquista «decana» de los torneos oficiales de: 1971, 1972, 1974, 1975, 1978, 1981,1982.
Jugo los Regionales, defendiendo los colores de Atlético, Gimnasia, Engranaje y Libertad (Concordia).
Fue campeón entrerriano con la selección de Concepción del Uruguay, en 1972/1973 y 1981/1982.
Fue goleador del campeonato en: 1970, 1974, 1975 y 1976. Fue elegido el futbolista del año en 1974 y en 1990 en la Fiesta del Deporte, junto a otros jugadores compartió el honor de ser distinguido como uno de los seis mejores de los últimos tiempos.
Según lo especifica el investigador Alejandro Moreno: «En su campaña se registran 222 goles en 198 partidos oficiales. En los regionales jugó 67 encuentros y marcó 42 goles»; sin contar en este detalle los tantos convertidos vistiendo la casaca de la selección de Concepción del Uruguay donde las anotaciones se acercan a los 40, jugando «más de 50 partidos».
A fines de 1982, José tomó la decisión de abandonar la práctica activa del fútbol, si bien su calidad no había sufrido mell…, tenía 31 años, comenzó a tener problemas con la balanza, determinación difícil pero que aparentemente no tenía vuelta atrás.
Pero es tanto lo que su nombre representaba para Atlético y para el fútbol uruguayense, que clasificado el «decano» para jugar el torneo Nacional 1984, lo convencieron para que se sumara al equipo, integrando la lista de buena fe que se elevó a la AFA, debiendo someterse en poco tiempo a la pérdida de kilos, a un fuerte entrenamiento y naturalmente adquirir rápidamente el «rodaje», que sólo pueden aportar los partidos después de dos años de inactividad.
De aquella recordada participación de Atlético en la primera división del fútbol argentino, más que por sus resultados que fueron magros, por la trascendencia que tuvo para Concepción del Uruguay y para todo Entre Ríos, José Velázquez alcanzó a jugar algunos partidos de la segunda ronda enfrentando a River en el Monumental y a Huracán en Parque Patricios. Una vidriera que hubiera necesitado en otro tiempo y a otra edad…
A lo largo y ancho del universo existe un número infinito de estrellas, millones son opacas, no tienen luz propia, pero comparten el espacio con otras cuyo brillo y resplandor emana de sus entrañas.
El deporte en sus diferentes disciplinas tiene lugar para todos, pero solo los elegidos COMO JOSE ALBERTO VELAZQUEZ se destacan del común dando esplendor al entorno que los rodea. El espectro en menor o mayor medida, tendrá el fulgor que irradia la estrella que impulsa su destino.