El V Congreso de Educación desarrolló este viernes su segunda y última jornada. La capacitación nacional, que en su quinta edición convocó a 1.890 participantes, superó ampliamente las expectativas de los organizadores. Durante dos días, numerosas conferencias, de las más variadas temáticas educativas y pedagógicas, fueron se desarrollaron simultáneamente en varios lugares y con expositores de renombre y de larga trayectoria en el campo de la pedagogía, la sociología y la filosofía.
La conferencia de cierre estuvo a cargo del español Fernando Bárcena, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y Catedrático de Filosofía de la Educación en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Fue acompañado por Carlos Skliar, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina (CONICET) y del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Ambos abordaron la temática “En busca de una educación perdida entre la indiferencia y la diferencia” y “Hacia una idea de la fragilidad, educación y cuerpo”.
Reconocimiento a Flavia Mena
La uruguayense mentora del Congreso de Educación fue homenajeada mediante la presentación del libro “La institucionalización del otro”, impreso por la Asociación Surco de Esperanza y su Instituto de Formación Docente “Carolina Tobar García”. Se trata de la publicación del trabajo que Mena presentó como tesis de su postgrado.
La publicación fue presentada por Guillermo Bevacqua, presidente de Surco de Esperanza, las profesoras Fernanda Giqueaux y Judit Lepratte, el director provincial de Educación Especial de Entre Ríos, Sergio Dines, la vocal del CGE, Marcela Mangeón y el propio Skliar, director de su tesis.
Skliar, quien fue director de la tesis, mencionó la cita realizada por Mena de un fragmento escrito por Juan José Saer: “… nada de lo que nos interesa verdaderamente, nos es directamente accesible; nada de lo que nos interesa realmente, se consigue enseguida; nada de lo que nos interesa tiene que ver con la felicidad banal, superflua; todo lo que aprendemos de verdad procede en buena medida del dolor”.