Por Daniela Bianco y Florencia de Sousa | Cuidó coches y prostitutas, sufrió la violencia, y hasta intentó quitarse la vida. Encontró en el deporte su protección. Conocé su historia.
“The World is yours” -El mundo es tuyo-, esa es la frase que reza en el antebrazo derecho de Evelina Cabrera. El leitmotiv de una vida llena de lucha y aprendizaje. Esta joven de 28 años superó todas las barreras: enfrentó la calle, trabajó cuidando coches y prostitutas, sufrió la violencia, y hasta intentó quitarse la vida. Un día, sin buscarlo, se topó con lo que se convertiría en su mayor pasión y motivo de lucha: el fútbol.
Era apenas una adolescente. Mientras muchas chicas a los 15 años sueñan con una fiesta, Evelina se escapaba de su casa. Se sentía sola, y no lo toleraba. Ahí se instaló en la calle, donde trabajó de trapito en el Puerto de Frutos en Tigre, repartió volantes y hasta cuidó una parada de prostitutas. Todo mientras terminaba el secundario y dormía en una plaza. Cuando terminó la escuela, Evelina se recibió de personal trainer y trabajó dando clases particulares. El deporte, sentía, le estaba devolviendo las ganas de seguir adelante.
Buscando una disciplina grupal se encontró con el fútbol, deporte que -según ella- le salvó la vida. “Una compañera me vio jugando [al fútbol]. Podría haber sido vóley, handball. Al principio era un desastre … Como era instructora me tocó entrenar al equipo, que andaba muy mal. La capitana no quería saber nada. Entonces armé mi propio equipo, y salimos campeonas”, explicó la joven a 442. “Lo que más me gusta es que en la cancha somos todos iguales. No importa religión, raza, ni color.” expresó.
Llegó al Club Atlético Platense en 2012, hasta que su cuerpo emitió una alarma: tenía un quiste en el útero. “Fue por exceso de deporte. Después de una vida sedentaria y de fumar, se ve que mi cuerpo no aguantó el entrenamiento de alto rendimiento que tiene el fútbol”. Desde ese momento se vio obligada a dejar de entrenar, aunque lejos de abandonarlo todo decidió empezar a organizar torneos y a estudiar para ser directora técnica de fútbol en la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (AFTA). El mismo año fue coach del equipo argentino en el Mundial de Gente sin hogar, en México.
Hoy no es solo Ayudante de Campo en Platense Futsal Femenino, sino también Presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino (AFFAR), que surgió a partir de una situación que la marcó de cerca. “Una jugadora amiga, cuyo papá era cartonero, fallece el mismo día que caía el día del padre. El municipio donde vivía ella no se quiso hacer cargo. Nos llamó a las doce de la noche y las chicas del equipo pagamos todo. Ahí dijimos: ‘No puede pasar más esto’. Me parece injusto que algunas instituciones para las que una juega 14 años no se hagan cargo de las jugadoras”, recordó Evelina.
Allí nació la AFFAR, con la idea de ayudar a las jugadoras en la parte social, además de capacitarlas. Por supuesto, no podían faltar las competencias, y es por eso que cada año se lleva a cabo el torneo de FUTSAL, donde juegan veinte clubes como Nueva Chicago, Racing, Platense y Defensores de Belgrano, entre otros.
En la actualidad, Evelina trabaja en el área de inclusión social del municipio de Tigre, además de dar charlas sobre motivación en diferentes organizaciones. Es mentora de coaching ontológico, disciplina orientada al análisis del lenguaje y el comportamiento. Respecto al prejuicio de las mujeres en el fútbol, opinó: “Las argentinas somos hinchas del fútbol. Muy apasionadas. En la cultura general está la creencia muy arraigada de que el hombre juega al fútbol y que la mujer tiene que jugar a las muñecas. Va a costar años sacarla, pero con el tiempo se que va a ir cambiando”. ¿Su mayor sueño? “Que todos los clubes puedan competir de manera nacional”.
(*) especial para 442