Luis Ventura le dedicó un editorial en Paparazzi a su enfrentamiento con su mujer por los problemas en "Fiestísima Recargada"
Luis Ventura y su mujer, Stellita, no están pasando el mejor momento. Si bien ambos negaron una crisis terminal, lo cierto es que hay fuertes roces entre los dos, y todo tiene que ver con la falta de pago y el escándalo con “Fiestísima Recargada”.
En la última edición de Paparazzi, Ventura le dedica el editorial al tema, calificando de “nefasto” lo que está sucediendo, y reitera los conceptos que ya dijo en televisión: que siente la casa “vacía” sin su mujer, que no le importa el dinero, y que está “enojado” con Stella.
“No estaba en mi intención decir algo con relación a la triste temporada de teatro que Stellita, mi mujer, inició por el mes de noviembre del año pasado. Porque su trabajo no comenzó cuando estrenó ‘Fiestísima Recargada’ en el teatro Victoria de Mar del Plata. No, no, su trabajo y su dedicación al espectáculo comenzaron mucho antes con ensayos, coreografías, pruebas de vestuario y un montón de compromisos que fueron quitándole presencia a la dueña de casa, de mi hogar. Así llegamos a fines de febrero de este año, con mi esposa quejándose en los medios porque le adeudaban el dinero por el que fue contratada, porque muchos sujetos con los que compartió gran parte del verano me parecían nefastos y lo ratificaron, porque al verla en televisión no siento que ella esté disfrutando lo que le pasa, y toda esa felicidad de volver a su viejo amor de subir a un escenario, se evaporó como por arte de magia…”, arranca el texto.
“Fue cuando me empecé a preguntar; ¿Si Stella aceptó este desafío por el dinero que iba a ganar, y la plata no se la pagan, para qué sigue allá? ¿Si ella aceptó la temporada para deleitarse del buen elenco que creyó tener y lo que le permitía mostrar en sus cuadros artísticos y hoy lo sufre, para qué se sigue quedando en ese deplorable lugar? Yo no lo entiendo y me indigna, como me ocurrió en casi todo el verano, pero me guardé y silencié mi opinión porque creí que de esa manera haría más feliz a mi mujer y también a mis hijos, que aceptaron sacrificarse para que su madre cumpliera con su sueño de volver a los escenarios”, agrega.
“Pero con las noticias dramáticas y nefastas que me llegaban de Mar del Plata, con el desfile de numerosos integrantes de ‘Fiestísima Recargada’ viniéndome a explicar lo que antes jamás me explicaron ni me tuvieron en cuenta para nada, con los llamados pidiéndome que aclare las situaciones que yo no debía aclarar bajo ningún punto de vista, entendí que había llegado el momento de expresar lo que me pasa por adentro”, continúa.
“No quiero ver como veo a la mujer con la que comparto 29 años de vuelo. No quiero sentir mi casa vacía porque no está Stella, ni tampoco deseo repetir su silla sin ser ocupada, ni nada que distinga su ausencia. Para sufrir lo que siento que mi mujer sufre exijo que vuelva ya mismo a mi casa, sin que me importe en el dinero ni lo que pueda decir cualquier persona que no sean mi familia y mis amigos. Basta, se terminó el sueño que desembocó en una verdadera pesadilla de estafas, guerras, traiciones, zancadillas, operaciones, engaños y de tantos sinvergüenzas disfrazados de corderitos, cuando en realidad son lobos hambrientos que matan a sus madres por diez centavos”, escribe Ventura.
“¿Quieren saber si estoy en crisis? ¡Si! No me la banco y defiendo lo que es mio y lo que tanto me costó construir en el día a día, y en el minuto a minuto. ¿Quieren saber si estoy enojado con Stella? ¡Sí! ¿Quieren saber si es la primera vez que me pasa? ¡Nooo! Ni la primera ni la última, porque eso es una familia, eso es una pareja, donde pasan cosas y donde no muchos pueden jactarse del tiempo que llevamos juntos, aunque en el puertas para adentro pasen cosas como ésta, que esta vez salió a la luz”, sigue.
“Yo no quise que fuera así, pero las cosas son como son, y me cansé de poner la otra mejilla ante varios rufianes que pasaron todo el verano al lado de la madre de mis hijos, de la mujer a la que le llegó el momento de regresar a casa. Hoy, el que habla soy yo”, cierra.