Esta fue una semana muy particular, una de gran carga histórico-afectiva para la comunidad de la Asociación Educacionista La Fraternidad y su fruto académico superior, la Universidad de Concepción del Uruguay. Es que este viernes 14 de mayo se celebra el 144º Aniversario de La Fraternidad. Casi un siglo y medio desde que una dificultad llevó a un grupo de jóvenes a generar no sólo una solución, sino la semilla de un legado que hoy sigue vigente.
Un legado nacido cuando, en 1877, la juventud del Colegio del Uruguay era perjudicada por la decisión del Gobierno Nacional y el Provincial: suspender las becas que favorecían a muchos alumnos del Colegio y del internado donde se alojaban. Pero esta problemática situación no llevó a bajar los brazos; todo lo contrario, pues los jóvenes se unieron para encontrar una solución que les garantizara seguir estudiando. Nació así, el 14 de mayo de 1877, la Asociación Educacionista “La Fraternidad” el 14 de mayo de 1877.
Hoy, la institución madre -que después diera a luz a la UCU- sigue en pie, cobijando a jóvenes que llegan de otras ciudades y provincias para formarse académicamente. Claro, 144 años después, la Frater ha evolucionado hacia desafíos y servicios nuevos: en ella no sólo viven estudiantes secundarios, sino también del nivel superior, habiendo dado el gran paso al incorporar a la mujer.
Estos y otros avances logrados han representado cambios; sin embargo, si algo no ha cambiado es el sentido de pertenencia por parte de todos quienes han pasado y quienes hoy viven en la vieja casona del Internado. Hoy, como ese 14 de mayo de hace 144 años, sus espacios son testigos privilegiados de la energía, los deseos, los sueños y los desafíos de jóvenes hombres y mujeres. Todos ellos y ellas coinciden en algo con aquellos históricos creadores de la AELF: apostar a Concepción del Uruguay para formarse y encontrar sus vocaciones; confiar en La Fraternidad para perseguir sus anhelos.