Algunas proyecciones hablan de una retracción cercana al 7% en el consumo masivo. Las correcciones de los precios relativos y una caída del poder adquisitivo le pondrán fin al crecimiento del consumo que se vio este año.
Tal como lo adelantó el presidente electo Javier Milei, la economía atravesará el próximo año un proceso de estanflación, debido a una fuerte suba en los precios que erosionará el poder adquisitivo, impactará en el consumo y tendrá como consecuencia una caída en el nivel de la actividad económica.
Es que, según distintas estimaciones, el consumo privado -que representa aproximadamente el 70% del PBI- caería con fuerza en 2024. Y se revertiría de esta manera la tendencia con la que se encamina a cerrar en 2023: un año en el que, a partir de la aceleración inflacionaria y la incertidumbre política, la demanda interna se convirtió en una especie de “refugio” para los pesos.
De esta manera, según el índice que elabora la Cámara Argentina de Comercio (CAC), en los primeros diez meses el consumo acumuló un alza del 3,2% frente al mismo período del año pasado. Aunque en los últimos meses se registra cierto “enfriamiento”: octubre fue el cuarto mes consecutivo con variación mensual negativa y el primero del año con caída interanual.
El consumo masivo también se encuentra en terreno positivo en los primeros diez meses del año: según Scentia, el crecimiento acumulado es del 1,8%. Aunque, tal como advirtió a Ámbito Osvaldo Del Río, director de la consultora, “para 2024 algunos pronósticos hablan de una retracción cercana al 7%”.
«Seguramente lo que va a pasar es que el consumo básico la gente lo va a tratar de defender hasta donde pueda y habrá más restricciones en los gastos de ropa, salidas, gastronomía, recitales, eso se va a ver un poco más afectado. Dentro del consumo en sí mismo, va a tener mayor preponderancia la canasta básica», analizó.
Según un reciente estudio de la consultora Ecolatina, el 2024 traerá “enormes desafíos en materia de actividad económica”. “El desempeño positivo del consumo privado (explica 70% del PBI) llegará a su fin, en línea con las correcciones en la economía (principalmente de precios relativos y en el plano fiscal) y una inversión que se mantendrá acotada en un contexto de ‘acomodamiento’ de la economía, donde se podría observar con más fuerza el efecto ‘wait & see’: esperar a que el contexto económico se acomode para la implementación de nuevos planes de inversión”, detallaron desde la firma.
“Sobre esta base, estimamos que la economía acentúa su contracción en 2024 (caería casi 3% i.a.), con un retroceso concentrado principalmente en la primera parte del año. Ahora bien, cabe destacar que correcciones que generen una mayor incertidumbre en la economía y un efecto over-shooting y de espiralización sobre los precios relativos, podría ubicar a la economía en un escenario más adverso, dentro del cual la caída de la actividad podría ser hasta 2 p.p. mayor a la proyectada”, agregaron desde Ecolatina.
Por su parte, desde la consultora Sarandí analizaron que la caída de la actividad en 2023 “se explicará casi exclusivamente por el desplome del agro, fruto de la sequía”. “Si se neteara la incidencia del sector primario, el PBI 2023 crecería entre 1% y 1,5%. Es por esto que la recesión macro hoy parece asintomática. No afectó la creación de empleo, que siguió creciendo firme en casi todos los segmentos evitando que la desocupación sea un problema hasta el momento en que la aceleración inflacionaria rompió un umbral de tolerancia, la demanda interna tiraba fuerte y se veían altos niveles de consumo de quienes ‘huían del peso’ y se refugiaban en bienes y servicios. El contraste con 2024 puede ser significativo”, se aseguró en el último informe de la firma.
Por su parte, tal como señaló el director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, «Argentina viene atravesando fenómenos de estanflación cíclicos». «Venimos transitando esos períodos con años de crecimiento con aceleración de la inflación y años de caída de la actividad económica con aceleración de la inflación en forma de serrucho en los últimos 15 años», explicó.
“Los próximos meses serían la continuidad de ese ciclo. En este caso, por corrección de los precios relativos de la economía, en el cual en la primera etapa hay una caída del salario y de la actividad económica que tiene como colateral un menor nivel de consumo en el mercado interno», señaló Di Pace, quien estimó que se espera que el consumo “se vea más afectado el primer semestre del año, con una salida lenta y gradual a partir del segundo semestre del año».