La Escuela N° 114 Octavio de Paoli sigue esperando la construcción de su propio edificio. Sin personal de limpieza y con cuarenta chicos asistiendo diariamente, aún se esperanza con la posibilidad de algún día alcanzar el sueño del techo propio. La escuela funciona en una casa prestada por el Frigorífico Fepasa y subsiste gracias ala buena voluntad de los propietarios de la firma. Allí asiste diariamente una matrícula de cuarenta niños, desde el Nivel Inicial hasta 6° grado de la escuela primaria.
La Escuela
Sus maestras trabajan en tres espacios: uno destinado al Nivel Inicial de Sala de 4 y 5 años; otro para los niños de 1°, 2° y 3° grado, y en el último funciona 4°, 5° y 6° grado. Además, disponen de un pequeño espacio donde funcionan la cocina y el comedor, baños y un patio. En la escuela trabajan cada jornada los docentes que atienden cada grado, maestros de las áreas estético expresivas y cocineras, pero no tiene personal de limpieza. Esta situación también se ha demandado por los canales correspondientes y aún no se ha obtenido ninguna respuesta alguna de forma oficial.
Sus otros problemas
Pegada al frigorífico, se puede observar el gran edificio desde cada punto de la casa, como también su entrada ha sido destinada a playa de estacionamiento de camiones y vehículos que llegan a cumplir sus funciones. Un ejemplo de la realidad de la Escuela Paoli se sucedió en el año 2015 cuando se debió suspender las actividades por falta de suministro eléctrico ya que el frigorífico tenía inconvenientes económicos. Sin electricidad la escuela se vio perjudicada, pero en todo momento desde la comunidad educativa destacan y recalcan la buena voluntad de los dueños de la propiedad en permitir que continúe funcionando en ese espacio.
Por un nuevo lugar
Está claro que el sitio no es acorde para que allí se desarrolle la actividad escolar y desde la institución se han realizado las gestiones para conseguir la construcción de un edificio para la escuela. Durante el 2015 se consiguió que la Municipalidad de Concepción del Uruguay cediera un terreno cercano al lugar donde hoy funciona. También se logró avanzar en el proyecto y la presentación del mismo ante Arquitectura de la provincia, pero hasta el día de hoy no hubo anuncio y mucho menos confirmación de inicio de obra.
La situación preocupa a la comunidad educativa porque no se puede enseñar en un espacio digno y porque se ven vulnerados los derechos de los docentes de poder trabajar en las mismas condiciones, sumado a que familias que podrían tener sus niños en la escuela cercana a su domicilio se ven obligadas a enviar a sus hijos a otras más alejadas porque desisten del lugar. Desde AGMER Uruguay se abrió el debate de cara a la comunidad y acompañan el pedido de un nuevo edificio para esta escuela, que luego de 25 años de funcionamiento bajo estas formas, se merece que el estado le brinde una respuesta.