Esa vieja costumbre

Con el liderazgo de Scola y de Nocioni, Argentina venció 98-75 a Puerto Rico. Safar aportó la sangre joven. Hoy, ante Croacia.

Los amistosos pre Mundial asustaban. Ayer ese susto se transformó en ilusión. Porque este equipo, base de la Generación Dorada, sacó pecho y mandó un mensaje: “Estamos para las paradas grandes”.

Con actuaciones individuales descollantes y un estupendo trabajo en conjunto, sobre todo defensivo, el seleccionado argentino tuvo el mejor debut en el Mundial, al demoler a Puerto Rico por 98 a 75.

Luis Scola (20 puntos y 9 rebotes), Andrés Nocioni (18 y 11), Selem Safar (18 puntos, con un 4 de 8 en triples) y Walter Herrmann (12 puntos y 10 rebotes) fueron los picos más altos de un partido en el que ninguno de los diez jugadores que ingresaron desentonó.

La defensa, uno de los puntos más flojos en la previa, y la concentración fueron determinantes para ir encarrilando una victoria que comenzó a consolidarse en los primeros minutos del tercer cuarto.

El primer tiempo de la Argentina resultó casi perfecto. Neutralizó a Puerto Rico quitándole la posibilidad de salir rápido en ataque, y no le dio segundas chances de tiro. La tarea se completó en ataque, con Nocioni y Herrmann sumamente efectivos.

La cosa se complicó un poco sobre el final del primer cuarto, y grandes pasajes del segundo. Incluso, Puerto Rico llegó a ponerse cinco puntos abajo (36-31) y amenazó. Sin embargo, en ese momento apareció Selem Safar, quien con una certera puntería (4/6 en los primeros 20 minutos), le permitió a la Argentina volver a tomar distancia.

En la primera mitad del tercer cuarto, la Argentina se aseguró la victoria, liderada por Scola, quien tomó la posta que en los primeros 20 minutos estuvo en manos de Nocioni.

Puerto Rico se quedó sin nada. Barea, quien aparecería ya con el resultado liquidado, y Balkman perdieron peso, Arroyo siguió sin pesar en el armado y el goleo. Así se les hizo imposible retornar al juego.

Cuando al tercer cuarto le quedaban apenas 3 minutos para finalizar, la Argentina se ponía 65-46 en el marcador. El partido estaba liquidado.
Los últimos 10 minutos sirvieron para ampliar la ventaja, importante en un hipotético desempate en el cual esté involucrado Puerto Rico, y darse algunos lujos, como los que brindó Campazzo con algunas asistencias.

Ante Croacia, esta mañana, la historia tal vez sea otra. Sin embargo, Argentina ya les gritó a todos que está viva. Y que, si bien Scola, Chapu, Prigioni y compañía están más grandes, nunca hay que subestimar a quienes alguna vez dominaron el mundo.