Un joven de 29 años apareció muerto el lunes en una celda de la comisaría primera de Pilar, donde había pasado la noche tras haber sido detenido por tenencia de marihuana. Según la Policía, el joven se habría ahorcado con los cables de electricidad del calabozo.
Sus familiares, en tanto, denunciaron que las autoridades no les permitieron ver el cuerpo, que recién les sería entregado hoy, tras la realización de la autopsia. A la vez, dejaron ver una serie de sospechas y adelantaron que exigirán que se investigue a fondo para esclarecer los detalles del hecho.
El fallecido fue identificado como Miguel Ángel Durrels, oriundo de la localidad entrerriana de Ibicuy. Trabajaba en la chacra de polo Las Overas, de Pilar, donde también vivía. De acuerdo a la versión policial, Durrels fue detenido por una patrulla municipal del Servicio de Apoyo policial (SAP), poco después de las 15 del domingo, en el centro de Pilar. El titular de la comisaría primera, Fernando Marques, le aseguró a El Diario de Pilar que le secuestraron 78 gramos de marihuana.
«Estaba comercializando», sostuvo el funcionario. Aunque difícilmente fuera a quedar detenido con tan escasa cantidad de esa sustancia, Durrels debía ser interrogado por el fiscal Eduardo Rodríguez, de la UFI especializada en drogas ilícitas, antes de quedar en libertad. Pero eso recién pasaría el lunes. Así, debió pasar la noche en la comisaría, aunque desde hace meses sus calabozos están inhabilitados para alojar detenidos debido a su deterioro.
«Estaba en tránsito, por eso se quedó acá», explicó Marques. Pero a la madrugada, un policía de guardia lo encontró muerto en la celda. Durrels pasó la noche acompañado por otro aprehendido. Pero éste habría declarado que no vio nada porque estaba durmiendo cuando se produjo la muerte de su compañero de celda.