Varias ciudades de Estados Unidos esperaban ayer otra noche colmadas de protestas luego del asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un oficial de policía blanco.
Las autoridades de las principales ciudades estadounidenses se preparaban para una nueva noche de protestas por la muerte del desempleado afroamericano George Floyd, perpetrada por un policía blanco, después de que los graves disturbios que coronaron las últimas manifestaciones.
En Minnesota, donde comenzaron las protestas frente a la Comisaria Tercera de Minnesota, donde prestaba servicios el policía Derek Chauvin, que asfixió a Floyd arrodillándose durante al menos diez minutos sobre su cuello, cuando ya estaba esposado, los líderes comunitarios y religiosos pidieron a la gente que se quede en sus casas y cumplan el toque de queda anunciado por el gobernador Tim Walz, desde las 20 de ayer.
«Jóvenes, por favor. Por favor. Quedense en casa esta noche», pidió Clarence Castile, cuyo sobrino, Philando, murió por una acción policial en 2016, según declaraciones que recoge Europa Press.
«No permitan que el bien se traduzca en malas palabras. No permitan que les distorsionen el mensaje. Cumplan el toque de queda», afirmó por su parte el presidente de la fundación Stairstep, Alfred Babington-Johnson.
También el alcalde de Cincinnati (Ohio), John Cranley, anunció un toque de queda de 22.00 a 6.00 horas tras los disturbios del anoche. Cranley destacó que la mayoría de los manifestantes actuaron de forma pacífica, pero un pequeño grupo causó «muchos daños» en comercios y propiedades.
En todo el país
En Cleveland (Ohio) las protestas ya comenzaron anoche y la Policía intervino para dispersar a quienes estaban «lanzando objetos», informó la cadena CNN, que agregó que la manifestación comenzó de forma pacífica, pero después se ordenó dispersar.
En Austin, Texas, los manifestantes cortaron la Autopista Interestatal 35, por completo y en ambas direcciones, informó la autoridad de movilidad de la ciudad en Twitter. El gobernador de Texas, Greg Abbott, envió más de 1.500 agentes a Houston, Dallas, San Antonio y Austin.
Por su parte, el gobernador de Indiana, Eric J. Holcomb, ordenó a la policía estatal apoyar a las policías locales «para garantizar la seguridad y propiedad de nuestros ciudadanos», luego de las protestas de ayer en Indianápolis.
«La violencia y el vandalismo nos aleja de nuestro deseo común de resolver las diferencias. Seamos todos parte de la solución de nuevo», dijo Holcomb, en un intento por contener el enojo por la discriminación racial que periódicamente genera algún caso que involucra a policías.
Por su parte, en el estado de Wisconsin la Guardia Nacional está preparada para desplegarse en Milwaukee por orden del gobernador, Tony Evers, quien alertó que hay «agitadores que han perjudicado a los manifestantes pacíficos tras el asesinato de George Floyd».
El presidente Donald Trump, por su parte, volvió a endurecer su discurso y pidió a los «gobernadores y alcaldes liberales» que sean «mucho más duros» con las protestas «o el Gobierno federal intervendrá y hará lo que hay que hacer, y eso incluye el uso del poder ilimitado de nuestro Ejército y muchos arrestos». «¡Cruzar las fronteras estatales para incitar a la violencia es un CRIMEN FEDERAL!», advirtió Trump en Twitter.