Una empresa paranaense, que trabaja en la colocación de cañería con fibra óptica en el barrio Cristo de los Olivos, sumó con su tarea más complicaciones a las que ha generado el clima sobre los caminos.
Los vecinos manifestaron ayer sus quejas a La Prensa Federal porque consideran que “no sólo quedaron esperando la reparación del camino, sino que la falta de controles sobre esta empresa ha motivado que ya no se pueda utilizar la calzada”. El frente de obra está localizado en Clementina C. Allió y Lucilo B. López.
Según manifestaron indignados un grupo reunido ayer en el lugar, “por colocar los caños rompieron la zanja, impidiendo el drenaje y haciendo casi imposible pasar cuando llueve”. Como si todo eso fuera poco, “también rompieron el frente sobre la escuela 38, dejando un lodazal” infranqueable para quienes transitan en moto, en bicicleta o caminando. Los vehículos tampoco la tienen fácil, ya que ignoran la profundidad de la laguna que se ha formado.
El malestar se relaciona con el hecho que la mayoría de los alumnos de ese centro educativo, llegan al establecimiento caminando desde lugares cercanos, pero donde también la red vial fue seriamente comprometida por las últimas lluvias. A pocos días del inicio de las clases y cuando los docentes ya comenzaron sus tareas en el lugar, surgió este problema que disparó la voz de alerta ante la posibilidad de nuevas precipitaciones.