Los laboratorios aceleran la carrera por lograr la vacuna contra el coronavirus y ya son 115 las que están siendo puestas a prueba para derrotar al Covid-19. En un estudio publicado en la revista Nature, la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), explicó que desde el 11 de enero de 2020, hace apenas cinco meses, se comenzó con una actividad de investigación que ahora cuenta con menos de 10 candidatos en una posición más avanzada, por resultados obtenidos, recursos a disposición y nivel de experimentación.
En la carrera compiten todos los gigantes de la farmacéutica, los únicos que podrán garantizar las estructurales industriales para la extraordinaria producción que será necesaria para hacer frente a la demanda global. Entre ellas está la vacuna de Oxford que cuenta con la participación italiana, para la parte productiva y para la cual, a través de la británica AstraZeneca, Italia junto a otros cuatro países firmó un acuerdo para garantizar en Europa, a partir de fin de año, un suministro de 400 millones de dosis.
Varios son los caminos transcurridos. Algunos, como la vacuna estadounidense Moderna, utilizan el código genético necesario para las células humanas para la síntesis de antígenos virales, mientras otros, como la vacuna Oxford, se basan en la utilización del adenovirus, que normalmente causa el resfrío, capaz de transportar en las células un gen sintético.
Entre las vacunas que obtuvieron el vía libre para las pruebas sobre los seres humanos aparece la vacuna Oxford-Advent IRBM, con una colaboración italo-estadounidense con la empresa Advent-IRBM de Pomecia, que comenzó lo test en personas el 23 de abril.
Entre los otros aparece NIaid – Moderna Therapeutics, desarrollado en Estados Unidos por el Instituto dirigido por Anthony Fauci; el BioNTech-Pfizter, de la colaboración entre el coloso estadounidense Pfitzer y la alemana biotech BioNTech; la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó la experimentación clínica para la vacuna a base de ADN propuesta por la empresa estadounidense Inovio, llamada Ino-4800.
En China se testea en seres humanos la vacuna de CanSino Biologics y dos vacunas puestas por la Shenzhen Geno – Immune Medical Institute que fueron puestas en la fase de pruebas clínicas sobre 100 voluntarios sanos.
Los candidatos en cuestión, LV-SMENP-DC y aAPC, se basan en la utilización de lentivirus para sacar de las células las proteínas virales y activar por consecuencia el sistema inmunitario.