Emma «Chiqui» Giqueaux: “La gente del club tiene un poder de recomponer todo porque lo amamos”

Emma “Chiqui” Giqueaux, referente del básquet femenino en el Club como en la provincia, pasó prácticamente todo su vida en el Tomás de Rocamora, hoy nos habla de todo: la Pandemia, el básquet femenino, la igualdad y por supuesto del Club de toda su vida.


La primer entrenadora mujer en el Club dirigiendo el masculino y femenino, impulsora de que el básquet femenino fuera federativo en la provincia. Hija de Eduardo Alberto Giqueaux, un gran dirigente ejemplo para muchos quien fue por casi 20 años Presidente de nuestro Club. Esposa de un emblema del Club como Mario Alberto González, el Tucumano para algunos.


La “Chiqui” habló de cómo está llevando esta cuarenta por el COVID-19 y si pasó algo parecido es sus años: “La cuarentena la estoy pasando con resignación porque tengo que dejar un montón de cosas que me gustaría hacer y no puedo, pero siempre pensando que es lo mejor para todos nosotros y pensar que todo pasará. Algo más o menos parecido pasó cuando era muy pequeña, así que mucho no recuerdo, pero fue la epidemia de parálisis infantil que afectó a muchos chicos e hizo que contrajeran la enfermedad, entonces a nosotros nos tenían un poco encerrados pero no recuerdo más que eso”.


“Al Club no lo veo porque estoy en mi casa y desde que se decretó la cuarentena no he salido a ningún lado, pero me lo imagino y pienso lo que nos va a costar reponer la parte edilicia y la parte social del club, lo que sí estoy segura es que la parte deportiva la vamos a recuperar, la gente del club tiene un poder de recomponer todo porque lo amamos, pero la otra parte que es la económica va a ser bastante difícil” manifestó.


Básquet Femenino
El básquet femenino jugó en 1942 su primer partido (en su sede vieja) y se siguió jugando hasta los años ´60. Cuando el Club se quedó sin cancha en su traslado a la sede actual se dejó de jugar y en la década del ´70 se volvió a la práctica femenina que dura hasta el día de hoy.


La “Chiqui” no sólo fue entrenadora de básquet femenino, también entrenó a los varones de minibasket mucho tiempo con la ayuda de todos los monitores “Los monitores eran fantásticos: Luis Victorio, El “Tero” Buchet, “Sapito” Balay, “Huevo” Bonett , “Goyo” Etcheverry, Javier Grattarola, Fabián Victorio y el “Ruso” Savoy. Hicimos un grupo y empezamos a trabajar con el básquet femenino y también con el minibasket masculino.

Tuve muchos años en el Club, en ´99 fuimos a la Liga Nacional, entramos en la fase final y clasificamos, y realmente me dieron muchas satisfacciones, viví momentos muy lindos, me gustaba más entrenar que jugar”..


Un poco alejada, pero siempre siendo de unos pilares del crecimiento, estuvo como coordinadora del todo el básquet Femenino, con activa participación del Básquet Femenino de la Asociación y organizando todo. Junto a Caña Pascal fueron impulsores de la Liga Provincial Femenina de Básquet ,que no estaba regida por la Federación sino que se sostenía por tres Asociaciones y hace cinco años comenzó a depender de la Federación, mientras tanto la Chiqui seguir organizando los Torneos de la Liga Provincial.


“Es muy difícil comparar lo que viví con como jugadora, porque para nuestra época era una cosa que no se veía bien en la sociedad y pasar de eso a estar haciendo lo que las chicas hacen hoy en día es el tremendo. Creo que se arrancó para no parar, cada vez se hace más intensa la actividad del básquet femenino y cada vez va a ocupar más lugares en la sociedad y en el deporte local, provincial y nacional”.


La Igualdad
“Es un tema difícil el de la igualdad y soy muy respetuosa de la capacidad que tienen los hombres para realizar ciertas cosas. Lo que tenemos que hacer para generar igualdad, es igualar nosotras por nuestros medios la capacidad que tienen los hombres. Jamás me sentí discriminada en ningún lado, ni siquiera siendo entrenadora de los varones, siempre respetaron hasta donde yo podía hacer las cosas. Creo que las posibilidades de igualdad están en nosotras las mujeres, nosotras somos las que tenemos que igualar con nuestras capacidades, sino será todo en vano porque no vamos poder igualar o tratar que nos respeten. Han surgido muchas mujeres muy capaces de realizar esto, y si hay muchas más mujeres capaces de hacer muchas cosas vamos a lograr algo de igualdad. Siempre va a haber una diferencia física que nos desiguala, los hombres son más capaces para jugar mejor que nosotras y es indudable, pero sí podemos alcanzar lugares donde no estamos y que no tenga que intervenir la capacidad física, si no la capacidad intelectual de cada una de nosotras. Eso lo vamos a lograr si aparecen mujeres con decisión de hacerlo y capacidad”.


El Club
“No puedo dimensionar los que es Rocamora para mí y mi familia, yo me crié en el Club, a los pocos días de nacer estaba ahí. Mis padres vivieron en el club, mi papá fue Presidente y mi mamá jugaba al tenis mientras yo corría por los pasillos y alrededor de las canchas de tenis. Mi familia también se crió en el Club con la suerte de que los dos, mi marido (Mario González) y yo realizamos lo mismo, así que permanentemente estábamos en el club y los chicos nacieron, se criaron y aprendieron todo en la cancha de básquet. Agradezco a Dios que la familia esté como está, unida, viviendo todos lo mismo y juntándose con el deporte…. para mí el Club es todo, ojalá mis hijos y mis nietos sigan al club y al deporte, y lo vivan como lo vivimos nosotros”.